Una semana con el Ford Puma Gen-E: vendrás por la marca, y te quedarás por el ahorro

Una semana con el Ford Puma Gen-E: vendrás por la marca, y te quedarás por el ahorro

El mundo del coche eléctrico está más vibrante que nunca. Sobre todo en España, donde cada vez aterrizan más modelos de precio asequible que facilitan el salto a este tipo de energías sin compromisos ni económicos ni en prestaciones. Un excelente ejemplo de ello es el Ford Puma Gen-E, que se presentó en 2024 y ha llegado en 2025 a nuestro país con infinidad de motivos bajo el brazo para convencerte de dar el salto, ahora sí, a lo eléctrico.

En Hipertextual hemos tenido la ocasión de utilizarlo como coche “para todo” durante una semana. Tiempo suficiente para conocer cómo se comporta en carretera, en ciudad, en el día a día e incluso en viajes. Y esta es, en esencia, la experiencia que hemos tenido con él.

Spoiler: ve preparando la cartera porque vas a querer uno.

Frontal del Ford Puma Gen-E

Un diseño familiar y que convence (mucho)

El Ford Puma Gen-E forma parte del segmento B-SUV. Presenta una carrocería de 4,2 metros de largo, 1,8 metros de ancho, 1,5 metros de alto y una batalla de 2,58 metros. Cifras muy similares a las de su mellizo de combustión, que forma parte del mismo segmento y presenta una estética parecida.

Donde se desmarca claramente el Ford Puma Gen-E es en el peso total, en la capacidad del maletero y en algunos detalles estéticos. En la báscula, en concreto, la variante eléctrica registra casi 200 kilogramos más, un extra inevitable por las baterías. A cambio, eso sí, el maletero es mucho más amplio: 523 litros (67 más que su variante de gasolina). Además, el Gen-E llega con un pequeño maletero frontal de 43 litros que, si bien no es inmenso, es bienvenido.

Interior del Ford Puma Gen-E

En cuanto a la estética, el cambio más evidente lo encontramos en la calandra. Mientras que la versión de combustión presenta una evidente rejilla de ventilación para el motor, el Gen-E opta por un paragolpes más cerrado y aerodinámico, beneficiándose de la menor necesidad de refrigeración de los sistemas eléctricos. También encontramos algunos cambios sutiles en la zona posterior, como la ausencia de tubos de escape y un difusor diferente.

Todo lo demás, como decía, es bastante similar. Y eso es una buena noticia, pues el diseño del Puma Gen-E ha tenido una buena acogida en el mercado español. De hecho, fue el vehículo más vendido de la marca en el país durante 2024.

Un interior sorprendentemente espacioso en relación al tamaño del coche

Interior del Ford Puma Gen-E

Una vez dentro del Ford Puma Gen-E, la experiencia sorprende. Pese a ser un vehículo de apenas 4,2 metros de largo, la amplitud que transmite gracias a la disposición de los elementos y las cotas interiores del vehículo hacen que se sienta como un coche de mayor tamaño. Tanto en las plazas delanteras como en las traseras.

Parte de esa sensación de amplitud es también gracias al techo solar (que llega acompañado de una cortina para cerrarlo si es necesario). Está disponible como opción en el configurador de la marca norteamericana y presente en la versión que hemos podido probar durante una semana. Sin él, el Ford Puma Gen-E es también un vehículo que sorprende por su espacio en relación a su tamaño. Pero con él, como decía, la sensación va un paso más allá.

Esto, independientemente de si es o no con techo solar, hace que el Puma Gen-E, pese a formar parte del segmento B, sea un vehículo más que apto para transportar con total comodidad a cuatro adultos, además de sus respectivos equipajes. Porque sí, su amplio maletero da pie a ello.

El truco del maletero líder en su segmento

Como decía líneas más arriba, el maletero presume de una capacidad de 523 litros, una cifra que le convierte en referencia total dentro del segmento. El dato, que de por sí es bueno, sorprende aún más cuando, de nuevo, se considera que el Puma Gen-E tiene una carrocería de 4,2 metros de longitud. Como referencia: resulta relativamente fácil encontrar en el mercado vehículos de 4,4 metros (más grandes) que no superan siquiera los 400 litros de capacidad.

Parte del truco que hace posible esta gran capacidad de almacenamiento reside en un doble fondo inmenso al que han bautizado como Gigabox. El suelo del maletero, de hecho, cuenta con unas sujeciones que permiten mantenerlo en vertical de manera permanente para poder aprovechar el volumen conjunto de ambos compartimentos (útil para objetos grandes).

El compartimento Gigabox, por cierto, es lavable, lo que lo hace perfecto para transportar los clásicos objetos húmedos o propensos a ensuciar el recubrimiento textil de los maleteros. Incluso tiene una salida de desagüe para vaciar, si fuese necesario.

Ford, además, ha instalado un pequeño maletero en el frontal del coche –bajo el capó–, que si bien no sirve para llevar maletas, sí te permite almacenar cosas pequeñas como los cables de carga. Esto deja el total de almacenamiento en 566 litros. Y todo ello sin abatir los asientos posteriores. Si se hace, la capacidad crece hasta los 1.283 litros. Un dato fantástico.

Una disposición interior acertadísima

El interior del Ford Puma Gen-E no es lujoso en sí. Los materiales empleados son sencillos tanto en el salpicadero como en las puertas o en la división central entre los asientos delanteros, etc. No obstante, eso no significa que no esté bien rematado. Los ajustes son más que correctos e introduce a menudo varias superficies textiles y mullidas. Es un interior, como decía, sencillo pero muy bien ejecutado.

La distribución de los elementos, por otra parte, es realmente pragmática. Como en el grueso de coches modernos, la pantalla central de 12 pulgadas lo domina todo, pero, eso sí, mantiene siempre los mandos del climatizador visibles en su parte inferior, lo cual es un acierto. Sobre el panel se encuentra simplemente el botón de los warnings junto con las salidas de aireación y el botón de encendido del coche. Bajo ella, apenas un par de botones / puertos y una superficie de carga inalámbrica para el móvil. Como decía, una distribución bastante sencilla, pero bien ejecutada y muy fácil de adaptarse.

El volante presenta la clásica forma achatada de Ford, que permite ver con claridad el cuadro de instrumentos al ser rectangular y menos circular. Un cuadro de instrumentos, por cierto, compuesto por una gran pantalla de 12,4 pulgadas apaisada en la que se puede ver con claridad, amplitud y unos grafismos modernos toda la información sobre la conducción. Velocidades, señales de tráfico detectadas por la cámara, consumos del viaje, etc. Mucho mejor que las pantallas de reducidas dimensiones que encontramos en otros productos rivales.

Interior del Ford Puma Gen-E

Los mandos del volante, por cierto, son físicos, y siguen una distribución bastante lógica, lo cual se agradece. Resulta fácil adaptarse a ellos e identificarlos sin tener que mirarlos, solo con el tacto. El selector de marchas, asimismo, vive en la palanca derecha, un lugar muy accesible durante la conducción. No tienes que desplazar la mano a la zona central o hacer movimientos extraños para cambiar el sentido de la marcha. Basta con subir o bajar la palanca con un par de dedos sin retirar las manos del volante. Una muestra más del claro enfoque en la ergonomía.

En el interior encontramos por otra parte múltiples huecos para almacenar objetos, tanto en las puertas como en el túnel central. En este último, además del clásico hueco en el interior del reposabrazos o de los habituales portavasos, también tenemos un hueco en la parte inferior, donde tradicionalmente estaría parte de la transmisión, en el que cabe un bolso o incluso una mochila pequeña.

Los asientos, para finalizar este apartado, son bastante cómodos incluso en largas jornadas de conducción. Asimismo, sostienen bastante bien el cuerpo al realizar una conducción más deportiva, lo cual siempre es bienvenido, aunque este vehículo no busque posicionarse en ese sentido. Los delanteros, por cierto, pueden ser calefactados, al igual que el volante, si se adquiere el paquete correspondiente, lo cual es muy bienvenido si vives en climas fríos.

La experiencia de uso y conducción con el Ford Puma Gen-E

En cuanto a la experiencia de conducción del vehículo, todo comienza con el sistema eléctrico elegido por Ford. Solo existe una única configuración mecánica: batería de 43 kWh, motor de 168 CV, tracción delantera, 290 Nm de par, transmisión automática de una velocidad (como el grueso de los eléctricos) y velocidad de carga máxima en corriente continua de 100 kW. No importa el nivel de acabado seleccionado. Todos comparten estos elementos.

Los frenos delanteros son de disco, mientras que los traseros de tambor. La versión más básica llega con llantas de 17 pulgadas, que en las configuraciones superiores pueden ser de 18 o incluso 19. Y, como suele ser habitual, estéticamente resultan mejores las más grandes, pero funcionalmente siempre es mejor opción las pequeñas (consumos levemente mejores y algo más de confort de marcha).

Trasera del Ford Puma Gen-E

Sin perder de vista que se trata de un SUV, el Ford Puma Gen-E se siente ágil y muy plantado en la carretera. Esto es, en parte, gracias al peso de la batería, situado justo en el centro y en la parte más baja del vehículo, lo que hace que su centro de gravedad se acerque a lo óptimo. Debido a esto, y también a unas suspensiones bien ajustadas y con cierta inclinación a la dureza, la carrocería mantiene la compostura en el paso por curva incluso en escenarios cerrados, de alta velocidad y con cierto peralte, una situación en la que otros SUV de tamaño equivalente tienden a oscilar y mostrar menos solidez con los cambios de inercias. Lo hace, además, sin llegar a resultar incómodo al atravesar baches.

Parte de esa agilidad también es gracias al sistema de dirección, el cual, si bien no tiene un carácter deportivo, es directo y rápido. Esto hace, por ejemplo, que ante cambios bruscos de dirección, el Puma Gen-E responda sorprendentemente bien, a pesar de ser un SUV –que tienden a ser menos ágiles–.

Lateral del Ford Puma Gen-E

La capacidad de aceleración, por otra parte, es más que suficiente para actuar con eficacia tanto en ciudad como en autopista, y muy superior a vehículos de combustión equivalentes. Las cifras no llegan a las de un Mach-E, con un enfoque mucho más deportivo, pero sí son más que satisfactorias para adelantar con soltura incluso cuando se circula ya a altas velocidades.

La curva de aceleración más divertida, evidentemente, se encuentra al activar los modos deportivos, cuando la entrega de potencia es total y no se trata de controlar para preservar batería. En el modo Eco, por el contrario, se limita la misma así como la velocidad máxima, siendo un modo interesante para circular por ciudad, pero quizá no tanto para hacerlo en carretera. Mi recomendación: Sport para divertirse, Normal para carretera, Eco para ciudad.

Modos de regeneración y autonomía real tanto en ciudad como en autovía del Ford Puma Gen-E

Como en otros vehículos eléctricos, el Ford Puma Gen-E ofrece diferentes configuraciones para la regeneración de energía en frenada.

  • En el modo estándar, el vehículo frena (y regenera) con el motor eléctrico al levantar el pie del acelerador, pero en un porcentaje bajo, permitiendo que la inercia siga desplazando el vehículo “a vela”.
  • El Puma Gen-E cuenta además con un modo L, disponible en el selector de marchas a través de un botón, que incrementa el nivel de frenada regenerativa al levantar el pie del pedal. Es decir: el coche reduce de una forma más agresiva la velocidad al dejar de acelerar.
  • Por último, ofrece la opción one pedal, que permite controlar el movimiento del vehículo con un solo pedal (el del acelerador), y solo siendo necesario el freno en situaciones de emergencia o frenado brusco.

Los dos últimos modos, y en especial el one pedal, requieren de cierta adaptación tanto en ciudad como en carretera, pero, usados correctamente, son la forma más eficiente de llevar el Puma Gen-E, pues se minimiza el uso del freno convencional para detener el vehículo y se maximiza el freno regenerativo, que permite recuperar energía y, por consiguiente, prolongar la autonomía del coche.

Y siguiendo con la autonomía: el Puma Gen-E tiene una gran virtud, y son sus bajos consumos en ciudad, donde es posible bajar incluso de los 10 kW/h. Eso se traduce en autonomías de entre 450 y 500 km en la práctica, más que suficiente para completar varios días de uso sin preocupaciones por el nivel de carga.

Puerto de carga del Ford Puma Gen-E

Al sumar autovía, el consumo evidentemente sube, como en todos los eléctricos, y se sitúa en el rango de los 15-18 en función de la velocidad, tráfico y orografía. Combinando ambos tipos de circulación (autovía con ciudad), el coche puede superar sin problemas la barrera de los 300 kilómetros, por lo que es capaz de afrontar viajes cortos sin necesidad de parar para recargar en el camino.

En caso de querer afrontar viajes más largos, gracias a los 100 kW que admite, el Puma Gen-E puede pasar de 10 a 80% en poco más de 20 minutos. Esto permite, por ejemplo, hacer un Madrid-Sevilla (de casi 530 kilómetros) con solo dos paradas de unos 15-20 minutos. Dos pausas que mucha gente realizaría de por sí –incluso en un vehículo ICE– en un viaje tan largo.

Realizar viajes con este coche, por lo tanto, no supone una gran diferencia respecto a hacerlo con un equivalente de combustión. Sí, has de planificar mínimamente la ruta antes de salir (con la ayuda del propio coche o mediante aplicaciones de terceros). Sin embargo, gracias al creciente número de cargadores de alta velocidad instalados en España y a las prestaciones del Puma Gen-E, esa labor resulta cada vez más simple. Y si algo sale mal o cambias de idea durante el trayecto, lo más probable es que encuentres algún cargador operativo y rápido a pocos kilómetros de distancia.

Interior del Ford Puma Gen-E

Tecnología por doquier

En 2025, los coches no son solo una cuestión de motores, suspensiones y consumos. El lado tecnológico cada vez tiene más peso en la experiencia que entregan y en la diferenciación con otros modelos. Y ahí, el Puma Gen-E, nuevamente, vuelve a satisfacer con creces.

En primer lugar, tiene pantallas de grandes dimensiones, buena resolución y una respuesta más que correcta. El sistema operativo Sync 4, que gobierna dichas pantallas, está repleto de opciones, incluyendo un mapa con navegación y planificador de rutas (considerando los puntos de recarga y los tiempos de parada necesarios); la posibilidad de duplicar la pantalla de tu móvil en el infoentretenimiento cuando el coche está parado (pudiendo así reproducir, por ejemplo, vídeos de YouTube), etc.

El sistema también es compatible con Apple CarPlay / Android Auto de manera inalámbrica, lo cual hace que la experiencia sea extremadamente simple. Entras, y sin hacer nada, aparece la interfaz de tu móvil en el coche en cuestión de segundos. Y si quieres recargarlo, basta con dejarlo reposar sobre el cargador inalámbrico. Nada de cables ni complicaciones.

Detalle del interior del Ford Puma Gen-E

El coche, además de los diversos sistemas ADAS obligatorios por normativa, incluye opciones tecnológicas muy útiles durante la conducción, como una cámara de 360 grados con vista de pájaro, un sistema de asistencia de frenado en marcha atrás –alerta si hay objetos e incluso detiene el vehículo para evitar una colisión–, alerta de ángulos muertos y control de crucero adaptativo en función a la velocidad de los vehículos que circulen delante. Y todo ello, en la práctica, además de resultar útil y seguro, funciona francamente bien.

Además de todo esto, el coche cuenta con conectividad 5G integrada, lo que le permite obtener información en tiempo real aunque no llevemos el móvil encima, descargar vía OTA actualizaciones que mejoren el vehículo con el paso del tiempo o incluso controlar ciertos parámetros del Puma Gen-E desde la aplicación para el móvil (aunque no estemos cerca del mismo).

Detalle del interior del Ford Puma Gen-E

En cuanto al sistema de sonido, los altavoces firmados por B&O (opcionales) hacen un trabajo extraordinario en comparación a otros coches de su segmento. El conjunto está compuesto por 10 altavoces (incluyendo un subwoofer) de 575 vatios de potencia en total. Estos entregan un sonido rico, amplio, libre de distorsiones incluso a elevados volúmenes, bien equilibrado… Una grata sorpresa si se tiene en cuenta el tipo de vehículo del que hablamos.

Y como no podía ser de otra forma, el Puma Gen-E también llega con climatizador bizona, unos faros LED con ajuste y nivelación automáticos que hacen un gran trabajo en condiciones adversas, un maletero con apertura y cierre automatizado, entrada y arranque sin llave, dos puertos USB y pliegue automático y calefacción de los retrovisores. Y como extra, por si no fuera suficiente: las puertas, al abrirse, proyectan la imagen de un puma sobre el suelo. Un detalle sin relevancia funcional, pero llamativo visualmente.

Faro del Ford Puma Gen-E

El ahorro potencial del Ford Puma Gen-E (en dinero y tiempo)

Lo mejor del Puma Gen-E de Ford, no obstante, es el ahorro potencial (en tiempo y en dinero) que puede llegar a ofrecer como coche urbano –e incluso apto para viajes puntuales–. Y para ello, déjenme que les exponga mi caso particular –que seguro coincide con el de muchos–.

Para ir a la oficina, tengo que recorrer unos 80-90 kilómetros. 40-45 para ir, 40-45 para volver. La mitad transcurre en autovía, y el resto se reparte entre circunvalación y ciudad. De media, acudo 3 días a la semana a la oficina, lo que equivale a 12 mensuales y, por lo tanto, a unos 1.080 kilómetros. Eso, solo en ir y volver del trabajo.

Vehículo Consumo medio cada 100 km Energía necesaria para 1080 kilómetros Coste por unidad de energía Coste total por cada 1080 kilómetros
Ford Puma Gen-E 15 kW 162 kW/h 0,083 euros / kWh 13,4 euros
Competidor 6,5 litros 70,2 litros 1,4 euros / litro 105,3 euros

Si tomamos como base un coche de combustión con un tamaño equivalente y promediamos un consumo de 6,5 litros a los 100 km, eso supone 70,2 litros de combustible cada mes. A un precio de 1,5 euros el litro de gasolina, resulta en 105,3 euros de combustible mensuales.

En el caso del Puma Gen-E, promediando un consumo de 15 kW cada 100 km, gastamos un total de 162 kW/h. Con una tarifa específica para coche eléctrico, es posible recargar por las noches en casa a 0,083 euros cada kWh (impuestos incluidos). Es decir, 13,4 euros. A eso, dependiendo de cómo tengamos instalado el cargador (unido al mismo contador de casa o con uno independiente), puede que tengamos que sumar otros costes. En cualquier caso, con ese consumo, la factura final no superaría los 30 euros mensuales en el peor de los casos.

Estas cifras, en el peor de los casos, arrojan un ahorro de 75 euros mensuales respecto a la versión de combustión. Pero la comparativa no termina ahí.

Si, como en mi caso, trabajas en el centro de una gran ciudad, tendrás que alquilar sí o sí a una plaza de garaje, pues no se permite aparcar el coche durante una jornada laboral en las zonas azules o verdes que rodean mi oficina. En Madrid, como es mi caso, eso supone un desembolso adicional de 100 euros/mes.

El Ford Puma Gen-E me haría ahorrar, al menos, 2.100 euros al año, lo que se traduce en 10.500 tras cinco años y 21.000 al cabo de diez años

El Puma Gen-E, no obstante, se puede aparcar gratis e indefinidamente en la calle gracias a su etiqueta 0, eliminando la necesidad de un parking. Y, además, puedo circular libremente tanto por el centro de la ciudad como por el carril VAO de la A6 (aunque vaya solo), lo cual me permite sortear parte del atasco matutino y ahorrar tiempo cada día en mi rutina. Un tiempo que, cuando te enfrentas a desplazamientos largos como el mío, se agradece enormemente, ya sea para dormir más, llegar antes a casa o, simplemente, tener más tiempo para estar con tu familia o seres queridos.

Si anualizamos y sumamos esos costes, el Puma Gen-E me hace ahorrar 2.100 euros respecto cada año respecto a un vehículo de gasolina. Si lo trasladamos a 5 años, la diferencia se amplía hasta los 10.500 euros. Y si lo extendemos a 10 años, la cifra se multiplica hasta los 21.000 euros de ahorro. El ahorro, además, aumenta progresivamente conforme se hagan más kilómetros.

El Ford Puma Gen-E, por lo tanto, es una opción realmente sólida tanto por el dinero como por el tiempo que te puede llegar a ahorrar en tu día a día. Y lo mejor de todo es que su coste de compra, si se descuentan todas las ayudas, es bastante competitivo.

Al precio del Ford Puma Gen-E se pueden descontar hasta 10.000 euros en ayudas del Gobierno, pudiendo quedar, en el mejor de los casos, justo por debajo de los 20.000 euros

La versión más básica del Ford Puma Gen-E tiene un precio de tarifa de 34.900 euros, aunque Ford aplica un descuento promocional que lo deja en 30.150 euros. Si, además, se financia el coche con la marca, se aplica un descuento adicional que lo deja en 29.650 euros.

A ambas cifras, no obstante, se les puede aplicar los descuentos del Plan MOVES III del Gobierno, que consisten en 7.000 euros (brutos) si se achatarra un vehículo viejo o 4.500 euros (brutos) si no se hace tal operación. Además, al ser eléctrico, se pueden desgravar también hasta 3.000 euros en el IRPF de la renta siguiente. El total de ayudas aplicable en la compra del coche, por lo tanto, puede llegar a ser de 10.000 euros.

Todo eso supone que, en el mejor de los casos y aplicando la totalidad de los descuentos y ayudas del Gobierno, el Ford Puma Gen-E se queda justo por debajo de los 20.000 euros. Una cifra que, sinceramente, es extraordinaria en relación al producto.

Frontal del Ford Puma Gen-E

Si excluimos mantenimientos y seguimos las cifras y situaciones expuestas arriba, un coche de combustión con un PVP de 20.000 euros tendría, al cabo de diez años, un coste total de propiedad de 44.600 euros (incluyendo la compra del vehículo, la gasolina y el parking). El Puma Gen-E, en ese mismo escenario, tendría un coste de propiedad inferior a 24.000 euros. Es decir: 20.000 euros de ahorro en total al cabo de 10 años.

Evidentemente, tales cifras son las de mi caso concreto, y no necesariamente se pueden trasladar a cualquier otra persona. Los patrones de uso, las ayudas exactas a las que uno se pueda llegar a acoger, el vehículo concreto con el que se compare, el uso o no de la citada plaza de parking… No obstante, en el grueso de situaciones, el resultado es el mismo: el Ford Puma Gen-E, al cabo de diez años, es un vehículo más rentable que un equivalente de combustión. Puede que la diferencia sea de 20.000 euros, como en mi caso. O quizá sean apenas 3.000 euros. Pero el resultado es generalmente el mismo: el Puma Gen-E te hace ahorrar dinero con el paso del tiempo. Y eso, teniendo en cuenta la gran inversión que supone un coche, no es algo que se deba excluir, ni mucho menos, del proceso de compra.

Parte trasera del Ford Puma Gen-E

Una gran compra

El Ford Puma Gen-E es, en esencia, una compra acertadísima. Su enfoque es claramente urbano, pero también es capaz de enfrentarse tanto a viajes cortos improvisados como a viajes largos (con una planificación mínima inicial), derribando uno de los grandes miedos alrededor del coche eléctrico.

El coche, además, tiene un maletero inmenso con el que puedes transportar todo lo que se te ocurra sin miedo, ya sea una compra impulsiva en IKEA, la compra de un mes en el supermercado o las maletas de cuatro adultos en sus vacaciones.

Su motorización eléctrica y la puesta a punto que Ford ha llevado a cabo, por otra parte, hacen que resulte muy cómodo en todo tipo de situaciones, además de ágil y seguro. Tecnológicamente es un vehículo bastante completo, satisfaciendo las necesidades que cualquier persona pueda tener en pleno 2025, e incluso yendo un paso más allá con detalles como el gran sistema de sonido firmado por B&O. Y, para rematar la jugada, es un vehículo muy sensato desde el punto de vista económico, pues, a lo largo de su vida útil, el ahorro que puede llegar a producir se cuantifica en miles de euros.

En conjunto, y a modo de resumen, el Ford Puma Gen-E es uno de los mejores utilitarios que puedes adquirir en estos momentos. Tanto a nivel prestacional, como pensando en tu bolsillo y comodidad.


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