Un implante diminuto ha eliminado el cáncer de vejiga en un 82 % de pacientes

Un implante diminuto ha eliminado el cáncer de vejiga en un 82 % de pacientes

Un equipo de científicos de la Universidad de California del Sur ha probado recientemente un diminuto implante de liberación de fármacos en pacientes con el tipo de cáncer de vejiga más común que existe y ha logrado la curación del 82 % de ellos en los tres meses posteriores. Además, alrededor de la mitad seguían sin rastro de cáncer un año después. 

Los pacientes seleccionados para este ensayo clínico habían mostrado resistencia previa a los tratamientos habituales. Su opción, sin este nuevo dispositivo, habría sido la cirugía. Desgraciadamente, esta puede dar lugar a muchas complicaciones y, además, normalmente supone un empeoramiento de la calidad de vida de los pacientes. Por eso, que haya alternativas muchísimo menos invasivas es una grandísima noticia.

Los ensayos clínicos, cuyos resultados se publicaron en julio, fueron de fase 2. Aún queda llevar a cabo la fase 3, para la cual será necesario un número aún mayor de pacientes con cáncer de vejiga. Si se mantienen los resultados positivos, estaríamos ante una nueva herramienta muy eficaz para sumarse al arsenal de las armas contra el cáncer. Como bien sabemos, el cáncer no es una sola enfermedad, sino un conjunto enorme de ellas; que requiere enfoques terapéuticos muy distintos. Por eso, cuanto mayor sea ese arsenal, mejor que mejor.

¿Cómo funciona este dispositivo para tratar el cáncer de vejiga?

Esta nueva arma contra el cáncer de vejiga es un pequeño dispositivo con forma de pretzel que se implanta en la vejiga para ir liberando poco a poco un fármaco de quimioterapia llamado gemcitabina. Normalmente este se usa directamente, en formato líquido. El problema es que apenas se mantiene unas horas en la vejiga. Después, el cuerpo lo elimina.

Es un periodo de tiempo muy corto para que se puedan eliminar todas las células cancerosas. Por eso, los científicos de la Universidad de California del Sur pensaron que podría ser una buena idea buscar un dispositivo que liberase poco a poco el tratamiento durante un periodo más largo de tiempo. Concretamente, con este aparato, bautizado como TAR-200, se puede liberar el medicamento durante 3 semanas por ciclo de tratamiento.

TAR-200
TAR-200. Crédito: USC

¿Qué ha ocurrido en los ensayos clínicos?

Los ensayos clínicos se llevaron a cabo con 144 pacientes con cáncer de vejiga no músculo invasivo de alto riesgo. Se consideran de alto riesgo cuando hay una probabilidad alta de que el tumor migre al músculo de la vejiga o a otras partes del cuerpo.

Todos ellos eran pacientes resistentes a los tratamientos habituales. Normalmente se prueba con la gemcitabina líquida. Si no va bien, por las razones mencionadas, se pasa a la inmunoterapia. Esta, a menudo, es más eficaz, pero aun así hay muchos pacientes resistentes. Estos son los que se seleccionaron para el ensayo clínico.

Los resultados fueron los mencionados con anterioridad. Un 82 % de los pacientes se recuperó del cáncer a los 3 meses y alrededor de la mitad seguían libres de él después de un año. Son los mejores resultados que se han conseguido nunca con un ensayo clínico de este tipo. Además, se vio algo curioso. Y es que, si se combinaba TAR-200 con un fármaco de inmunolterapia, concretamente cetrelimab, los resultados eran peores que con TAR-200 solo. Se premia la sencillez.

Se espera seguir monitorizando a los pacientes al menos durante un año más. De todos modos, las miras ya están puestas en una nueva fase de ensayos clínicos, para las que, como con cualquier otro fármaco, será necesaria una cantidad mucho más alta de participantes. Mientras tanto, está claro que estos científicos dejan un gran lugar para la esperanza. 


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