Los casos de chikungunya en China siguen subiendo, con más de 7.000 diagnósticos en la provincia de Guangdong. El gobierno chino ya está tomando medidas para contenerlo y otros países, como Estados Unidos, alertan a sus ciudadanos para que extremen las precauciones si viajan hasta allí. Todo esto puede traernos recuerdos de la pandemia de COVID y los titulares de algunos medios de comunicación no ayudan, pero la realidad es que son situaciones radicalmente diferentes.
El chikungunya es un virus que se transmite a través de la picadura de mosquitos. Por lo tanto, su transmisión no es tan sencilla como con el virus de la COVID-19, que se transmitía por contacto con las gotitas emitidas por personas contagiadas al toser, estornudar, hablar o simplemente respirar. Es necesario que un mosquito de una especie concreta pique a una persona infectada y, después, a alguien sano. Así es como se produce el contagio, por lo que deben converger muchos factores.
A pesar de que no es tan sencilla su transmisión, es una realidad que en China tienen un serio problema con esta enfermedad. Es lógico que estén tomando medidas. Sin embargo, es importante hacer un llamamiento a la calma, porque su expansión global no sería tan sencilla como con la COVID-19. Dicho esto, veamos qué es lo que debemos saber del chikungunya.
Todo sobre el chikungunya
El chikungunya es un virus transmitido por mosquitos del género Aedes, especialmente Aedes aegypti y Aedes albopictus. Este último es el famoso mosquito tigre, cada vez más frecuente en nuestro país. Es importante remarcar que las picaduras de estos mosquitos no transmiten siempre ni esta ni otras enfermedades. Lo más normal es que no lo hagan. Sin embargo, si se topan con una persona infectada, sí que puede darse una transmisión de la enfermedad.
El nombre de este virus procede de la lengua makonde, hablada en el sur de Tanzania, y significa “en postura retorcida”. Esto hace referencia a uno de sus principales síntomas, una serie de fuertes dolores articulares muy fuertes y debilitantes. Duele tanto que los pacientes se retuercen de dolor. También suele cursar con fiebre alta y a veces puede provocar cefaleas, náuseas y erupciones cutáneas.

Por suerte, el 95 % de los pacientes se recuperar pronto, normalmente en unos 7 días. Sin embargo, hay personas a las que los dolores les pueden durar meses o incluso años. Sobre todo ocurre cuando el contagio se da en niños menores de un año o adultos mayores de 65. También si había enfermedades previas que puedan complicar la enfermedad. Es muy raro que llegue a causar la muerte, no es peligrosa en ese sentido, pero la cronificación de los dolores sí puede ser preocupante.
¿Cómo sucede la transmisión?
El virus chikungunya se descubrió en Tanzania en 1952. A lo largo de esa década se siguieron detectando casos en África y ya en los años 60 en Asia. A América no llegó hasta 2013, pero hoy en día supone un problema con bastante regularidad en países del centro y el sur del continente.
En cuanto a Europa, se detectó el primer caso autóctono en 2007 y desde entonces ha habido algunos casos aislados, pero no suele haber brotes como los de África, Asia o América.
Dicho esto, se puede considerar que en algunos lugares del mundo es un virus bastante nuevo y, justo por esa razón, hay muy pocas personas con anticuerpos contra él. Esto facilita su transmisión, ya que, normalmente, donde pone el ojo pone la bala.
La transmisión comienza cuando un mosquito hembra pica a una persona contagiada en la fase de fiebre alta. Desde ese momento, el virus empieza a reproducirse en las glándulas salivales del insecto durante unos 10 días, tras los cuales ya puede contagiarse cuando ese mismo mosquito pica a una persona sana. Esta tardará entre 3 y 7 días en comenzar con los síntomas y el ciclo del chikungunya vuelve a empezar.

¿Qué está pasando en China?
El chikungunya se está transmitiendo rápidamente en la provincia de Guangdong, con más de 7.000 casos en apenas unos días. Esto es preocupante, desde luego, pero hay que verlo en perspectiva. A pesar de ser una sola provincia, tiene más del doble de habitantes que toda España. En definitiva, es una provincia bastante grande.
Aun así, es cierto que el virus se está extendiendo rápidamente. Por eso se están tomando medidas como aislar a los pacientes con telas mosquiteras y no darles el alta hasta que den negativo al virus chikungunya.
A pesar de que algunos medios de comunicación lo difunden como que se están tomando las mismas medidas que con la COVID-19, estas no tienen nada que ver, básicamente porque el método de transmisión es radicalmente distinto. El virus chikungunya no puede transmitirse por un beso, un abrazo o cualquier tipo de contacto cercano con personas infectadas. Si no hay mosquitos en la ecuación, el contagio es imposible. Aquí no se necesitan mascarillas, sino telas mosquiteras.
Por eso, la principal medida de prevención del virus es el uso de repelentes para mosquitos en exteriores y mosquiteras en las ventanas para impedir contagios en interiores. También se debe evitar la acumulación de agua en charcos o platos de macetas y, por supuesto, fumigar en zonas problemáticas, como las áreas pantanosas. Todo esto se debe a que estos mosquitos usan agua estancada para reproducirse. Cuanta más haya, más mosquitos.
¿Debemos temer el Chikungunya en España?
Recientemente se ha dado un caso aparentemente autóctono en Hendaya, Francia. Dada la cercanía de dicha ciudad con el País Vasco, las autoridades de dicha comunidad autónoma están tomando las medidas de precaución pertinentes.

El cambio climático está subiendo las temperaturas hasta cifras bastante confortables para los mosquitos Aedes, por lo que, si bien Europa se ha mantenido bastante alejada siempre del chikungunya, no sería tan raro que ahora se diesen algunos casos más. Ahora bien, de ahí a una gran epidemia, va un camino muy largo. El riesgo por un solo caso en Hendaya es mínimo. Puede ser algo puntual. Además, de momento no se ha reportado que se hayan hallado mosquitos con este virus en las trampas que se colocan regularmente en distintos puntos de España en busca de posibles virus patógenos. Del virus que se siguen detectando casos y presencia en mosquitos es del que causa la fiebre del Nilo occidental. Es lógico que una gran cantidad de casos en China nos traigan recuerdos que nos lleven al pánico, pero en realidad, hoy por hoy, el riesgo de chikungunya en España es bajo.
Si nos vamos a preocupar por algo, que sea por ralentizar el cambio climático. Si no lo hacemos, está claro que el riesgo de esta y otras muchas enfermedades sí que pasará a ser muy alto.