Avatar 3: Fuego y ceniza llega a los cines con la promesa de completar la larga travesía de la saga, que ya se extiende por dieciséis años. Casi dos décadas que han permitido al director James Cameron no solo profundizar en una historia atemporal sobre el respeto al medioambiente y la herencia ancestral. También llevar al cine de ciencia ficción a nuevas fronteras, además de sorprender con los avances técnicos específicos que desarrolló para el rodaje de la longeva franquicia.
Pero la nueva cinta, además, debe concluir un ciclo. Ya el mismo director dejó entrever que, aunque la saga estaba planeada para cinco películas,al menos la primera trilogía está completa. Por lo que Avatar 3: Fuego y ceniza, despide —de una manera u otra— a los icónicos personajes. También, a una historia que marcó un antes y un después, en la manera de imaginar el cine a futuro. Un logro técnico y argumental que la épica historia celebra por todo lo alto.
Pero tres años pueden ser demasiado tiempo para recordar todos los detalles necesarios para disfrutar mejor de las sutilezas de la cinta. Por lo que te echamos una mano con eso. Te dejamos todo lo que debes recordar para entender mejor Avatar 3: Fuego y ceniza. De los orígenes de la historia a todo lo acontecido en Avatar 2: El sentido del agua. Ideal para fanáticos o solo el público casual que quiera ponerse al día con los sucesos de la saga.
Todo comenzó en un planeta azul
En 2009, Avatar presentó por primera vez a Pandora, una luna exuberante y bioluminiscente que orbita el gigante gaseoso Polifemo. Ambos cuerpos celestes se encuentran ubicados en el sistema estelar Alpha Centauri, y es el escenario principal de la película Avatar. El territorio está habitado por los Na’vi, los habitantes indígenas de piel azul. Una raza con costumbres estrechamente vinculadas con la tierra que habitan y la fauna que les rodea. En esencia, la población es cerrada, autóctona y físicamente muy distinta a un ser humano cualquiera.
Por lo que recordar las costumbres Na’vi es parte esencial para comprender la saga. La deidad principal de los Na’vi es Eywa, o la Gran Madre, una fuerza vital que une a Pandora y a sus habitantes como un gran todo vivo. Según la creencia Na’vi, Eywa además es una presencia autoconsciente que sostiene a cada criatura viva en el planeta. De modo que el lugar donde se puede sentir más de cerca a Eywa es el Árbol de las Almas.
Otra parte esencial de la cultura Na’vi es el tsaheylu: el vínculo mental entre los seres vivos. Este lazo es prácticamente un ritual de paso para los Na’vi y consiste en unir una trenza similar que se encuentra en todos los animales del planeta. También, en ciertas plantas como el Árbol de las Almas. Los Na’vi también unen sus trenzas cuando se aparean, por lo que el proceso tiene mucho de conexión con la capacidad para crear vida de la raza.
Un soldado que intenta sobrevivir
En la cinta original, la historia sigue a Jake Sully (Sam Worthington), un exmarine parapléjico que ingresa al Programa Avatar, parte de la Asociación para el Desarrollo de Recursos (RDA). Este selecto grupo incluye la asignación de un clon de laboratorio de un Na’vi, al que después se le asigna un ocupante. El proceso, además, supone que la conciencia del miembro designado tome el control del organismo para interactuar con la flora y fauna del territorio. Estas últimas, mortales para cualquier ser humano sin la protección adecuada.
Jake debe sustituir a su hermano gemelo muerto, al que ya se le había asignado un clon. Eso, debido a que el clon es creado con una huella genética única. Para evitar un mayor gasto, el ejército reasigna a Jake y le asegura que de esa manera podrá pagar una futura terapia para recuperar la capacidad de caminar. La misión es una: integrarse a través de su avatar de piel azul a la tribu Na’vi e informar de todo dato crítico sobre su sociedad y cultura.
Un enemigo de cuidado
Al frente de la misión se encuentra el coronel Miles Quaritch (Stephen Lang), que no tiene reparos en arrasar militarmente a Pandora, siempre que obtenga beneficios al hacerlo. De hecho, el coronel está convencido de que la única forma de obtener todos los incontables beneficios de Pandora, es arrasando con la población local. Algo que está dispuesto a lograr, ya sea con una guerra sin cuartel o una aniquilación total.
Al otro lado y en el apartado científico de la misión, se encuentra la doctora Grace Augustine (Sigourney Weaver), que dedica todo su esfuerzo a comprender a los Na’vi. De hecho, para la primera película, ha hecho buenos progresos en aprender su idioma, estilo de vida y cultura. Y es una de las pocas personas que la tribu acepta sin demasiados reparos. Es ella, la que se opone como puede a la operación de arrase y derribo del coronel, además de proteger como puede a los nativos.
Una decisión trascendental
Jake tiene relaciones complicadas con ambos. Obedece al coronel, al convertirse en un espía de lo que ocurre en la vida cotidiana de la tribu. Pero a la vez, comprende los ideales de la doctora Grace, a la que termina por ofrecer toda su lealtad. En mitad de todo eso, Jake encuentra en los Na’vi una familia. También, un punto de partida para comprender una nueva forma de amar y respetar la vida.
De modo que lo que comenzó como una misión para las autoridades militares y mineras se transformó en una profunda conexión con el estilo de vida Na’vi. Eso, cuando Jake se enamoró de Neytiri (Zoe Saldaña) y se incorporó a la tribu. En especial, mientras es testigo del dramático conflicto entre la codicia de los humanos y la armonía de los Na’vi. En medio de la batalla por mantener el territorio en manos de sus habitantes originarios, Jake abandona su cuerpo original para ocupar como propio el de su avatar. La primera película termina con la ceremonia que permitirá que Eywa transmita la consciencia de Jake a su nuevo cuerpo.
También, con la expulsión de los seres humanos de Pandora, luego de un enfrentamiento a gran escala que permitió a los Na’vi vencer. La cinta cierra dejando claro que el exuberante territorio todavía se encuentra en peligro de ser colonizado otra vez. Pero que tendrá una tribu poderosa que defenderá su tierra a como dé lugar.
De nuevo, luchar por el planeta
Avatar 2: El sentido del agua estrenada en 2022, retoma la acción años después del final de la cinta original. Por lo que Jake y Neytiri ahora son padres y crían a sus hijos en un mundo aún amenazado por el regreso de los humanos. Estos, dispuestos a reiniciar la colonización. Para proteger a su familia, buscan refugio con los Metkayina, el clan oceánico.
La familia incluye al hijo mayor Neteyam (Jamie Flatters), al más joven Lo’ak (Britain Dalton) y la niña menor, Tuk (Trinity Jo-Li Bliss). También a Kiri (Sigourney Weaver), una criatura mística y todavía inexplicable, que parece albergar la conciencia de la doctora Grace. Esta última, muerta durante los ataques a la tribu Na’vi de la primera película y cuya conciencia pasó a formar parte de Eywa.
Por último, se encuentra Spider (Jack Champion), un niño humano abandonado en Pandora durante la huida humana y que Jake adoptó como propio. El niño, además, debe lidiar con un secreto complicado: es hijo del fallecido coronel Miles Quaritch.
Un conflicto mayor
La familia deberá huir de las tierras que ocupan hacia el océano cuando una situación inesperada convierta a Jake en un objetivo militar. Eso, cuando Quaritch en un cuerpo de Avatar regrese para comandar una operación que busca arrasar por completo con cualquier resistencia. Además, matar a Jake y a toda su familia.
Una vez en el territorio de los Metkayina, Jake deberá probar su valor y además, demostrar que es capaz de volverse un líder competente. Pero el ataque del ahora renacido coronel se volverá cada vez más brutal. Tanto, como para provocar la muerte de Neteyam, un suceso que marcará a Jake y a su familia en adelante.
Por otro lado, Kiri descubre que puede comunicarse con Eywa de manera directa y más que enigmática. Y Spider también debe afrontar su vínculo con el malvado coronel, que termina por secuestrarlo y afrontar su paternidad. Todas situaciones que deberán resolverse en la tercera cinta y que, además, llevarán a la familia Sully a un recorrido aún mayor por Pandora.
