La población de lince ibérico (Lynx pardinus) en España y Portugal lleva ya un tiempo incrementándose, gracias a los esfuerzos por conservar la especie que están haciendo los científicos de ambos países. Sin embargo, el peligro sigue cerniéndose sobre ellos. Actualmente su población es de 2.400 individuos, por lo que puede ser necesario echarles una mano para que no caiga de nuevo en declive. Si se permite que una población pequeña se reproduzca por sí sola se puede caer en la endogamia, capaz de perpetuar enfermedades que les pondrían de nuevo en peligro. Por eso es tan buena noticia el anuncio que acaba de hacer un equipo de científicos del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) del CSIC. Por primera vez, han conseguido crear embriones de lince ibérico en un laboratorio.
El semen para generar dichos embriones procede de muestras criopreservadas en el Banco de Germoplasma y Tejidos de Especies Silvestres del MNCN. En cuanto a los óvulos, se han obtenido tras madurar ovocitos extraídos de ovarios de hembras fallecidas en accidentes. Desgraciadamente, esto es algo que sigue ocurriendo. Los atropellos, por ejemplo, continúan siendo una causa de muerte habitual en estos animales. Lógicamente se deben tomar todas las medidas posibles para que esto no ocurra; pero, si no se ha podido evitar una muerte, al menos se busca que el animal en cuestión ayude a perpetuar la especie.
De momento solo se han obtenido los embriones de lince ibérico. El siguiente paso será transferirlos al útero de hembras receptoras y esperar que el embarazo llegue a buen puerto. Mientras tanto, los embriones permanecerán vitrificados en el biobanco correspondiente a esta especie.
¿Cómo se han obtenido los embriones de lince ibérico?
Entre otras misiones, en los Centros de Cría en Cautividad del lince ibérico en España y Portugal se encargan de tomar muestras de semen y enviarlas para su criopreservación al Biobanco del MNCN. Por otro lado, los ovarios de las hembras fallecidas se extraen cuanto antes y se llevan refrigerados al laboratorio, donde se extraen los ovocitos; es decir, los óvulos sin madurar. Los ovocitos normalmente maduran por acción de las hormonas sexuales para prepararse para ser fecundados. Es en su última fase cuando, en realidad, ya pueden considerarse como óvulos.

En este caso, la maduración se llevó a cabo en el laboratorio bajo condiciones controladas. Una vez obtenidos los óvulos, se fecundaron in vitro, incubándose con el semen criopreservado. Se logró obtener siete embriones, seis en fase mórula y uno en una fase ligeramente más avanzada: el blastocisto. Todos ellos se vitrificaron para su conservación.
La vitrificación es una técnica de criopreservación en la que las muestras se someten muy rápido a temperaturas muy bajas, evitándose la formación de cristales que sí que tiene lugar con la congelación. Esos cristales pueden dañar las células, por lo que la vitrificación es una técnica con mejores resultados a largo plazo.
¿Por qué era todo esto tan necesario?
En 2022, había solo 100 ejemplares de lince ibérico en libertad. Los esfuerzos de conservación han elevado muchísimo la cifra, hasta más de 2.000 en 2024, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO). En la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, en cambio, se cita que hay 648 individuos maduros. Solo esa cifra tendría capacidad reproductiva. Sean 600 o 1.000, la realidad es que son muy pocos y que, además, se concentran en poblaciones pequeñas en los distintos puntos en los que han sobrevivido o se han reintroducido.

Si solo se reproducen naturalmente, aumenta el riesgo de endogamia, con los riesgos que ya hemos visto. Por eso, usar las muestras del Biobanco, enviadas desde distintos Centros de Cría en Cautividad de España y Portugal, así como los ovocitos de hembras fallecidas también en distintos puntos, para obtener embriones, aporta mucha más variabilidad. Se obtiene más diversidad biológica y se ayuda a perpetuar la especie del lince ibérico. Este es un primer paso, pero tiene una gran importancia. Ahora solo queda esperar a comprobar qué tal se dan las transferencias embrionarias cuando llegue el momento.

