Pagar en efectivo y obtener un descuento: la moda que está resucitando el dinero en efectivo en España

Pagar en efectivo y obtener un descuento: la moda que está resucitando el dinero en efectivo en España

“Si me lo das en efectivo te sale un euro más barato”. Con esta frase me sorprendió mi peluquero de confianza hace un tiempo. Como autónomo que he sido durante muchos años, comprendí a la primera el motivo de la proposición, aunque lo dejé pasar con un “nada, cóbrame con tarjeta que no llevo nada encima”. Hoy, tras toparme con una publicación viral en X (Twitter), he vuelto a recordar ese momento y me he puesto a indagar.

Mi primera reacción fue pensar que mi peluquero estaba cometiendo un delito al motivarme a pagar en efectivo. Mi cabeza de constante pagador de impuestos me llevó a pensar mal —o bien, quién sabe— y entender que lo que pretendía era echarse el monto directamente al bolsillo, sin pasar por nuestra querida Hacienda.

Mi sorpresa ha sido mayúscula al conocer cómo funciona nuestro sistema. España, a diferencia de lo que pensaba, permite ofrecer un descuento por pagar en efectivo en cualquier comercio. El reglamento le da vía libre al empresario para motivar al cliente de esta manera sin incurrir en ningún delito, aunque ojo, cobrar en efectivo no supone lo mismo que no declarar.

Pues bien, tras investigar un poco me he percatado de que esta proposición ya es una moda en España. No la arcaica acción de pagar en efectivo, sino el hecho de ofrecer un descuento por sacar el cash de la cartera en vez de la tarjeta.

dinero en efectivo

Como ya he comentado, sí. De hecho, el Artículo 60.2 de la Ley 16/2009 así lo determina.

“El beneficiario (es decir, el comercio) no podrá cobrar al ordenante (el cliente) gastos por el uso de un instrumento de pago determinado.
En todo caso, el beneficiario podrá ofrecer una reducción al ordenante por el uso de un instrumento de pago determinado.”

Es decir, que el comercio no podrá cobrar un extra por pagar con tarjeta, pero sí ofrecer un descuento por el hecho de pagar en efectivo. Y, es más, puede anunciarlo a bombo y platillo si lo desea, aunque estará dejando claro que recibe una buena cantidad de dinero en efectivo que, por supuesto, deberá estar perfectamente declarado.

Y es justo ahí donde entra el dilema moral. Los comercios que aplican este descuento, ¿lo hacen para ahorrarse la —ya anecdótica— comisión del datáfono o para llevarse el dinero en efectivo directamente al bolsillo sin que pase por las arcas públicas? Lo primero es lícito, lo segundo ilegal.

Todo se pone un poco más turbio teniendo en cuenta la suma que están ofreciendo algunos comercios, siendo inevitable pensar que su estrategia es hacer que nadie más —aparte de él y tú— sepa de la existencia de ese dinero en efectivo. Volviendo a la publicación viral de la que hablaba, su creador comenta que le ofrecieron un 35% de descuento por pagar con dinero en efectivo.

Y es que, a pesar de que hay muchas tarifas diferentes de TPV, ese 35% está lejísimos del porcentaje medio por transacción que cobran los bancos. El descuento es más que suculento para el cliente. Tanto, que da qué pensar sobre los márgenes y el objetivo real del descuento. Pensándolo bien, solo puede salir a cuenta siguiendo un camino: el de la ilegalidad.

La moda está ahí, y es totalmente legal ofrecer ese descuento por pagar con dinero en efectivo, pero la eticidad de la acción comienza a ser cuestionable cuando las cifras son tan suculentas que no cuadran. Perder dinero no es una opción para el comercio, por lo que esa oferta, cuando supera el 5 o 10% parece tener un trasfondo que va más allá del clásico “es para ahorrarme la comisión del TPV”.

Cada cual, eso sí, elige qué hacer.


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