Todos hemos tenido alguna vez esa sensación de no saber si la persona con la que hablamos nos escucha o solo nos oye. Una cosa es que los sonidos sean captados por el oído y otra cosa que el cerebro los procese y se centre en ellos. Vamos, que te presten atención. Ahora, un equipo de científicos de la Universidad de Concordia, en Montreal, ha descubierto que hay una forma de captar la diferencia: analizar los parpadeos del interlocutor. Así, podemos saber si nos mienten cuando nos dicen que sí nos están escuchando.
En realidad, ellos no querían buscar trucos para comprobar si las personas te hacen caso cuando les hablas. Su trabajo estaba centrado en el parpadeo. Querían estudiar si el ambiente puede influir sobre este gesto y, además, analizar cómo se relaciona con la función ejecutiva. En resumen, ¿qué es lo que influye en que parpadeemos? Está claro que tiene una función fisiológica para hidratar el ojo y protegerlo de agresiones, pero estos científicos sospechaban que había algo más. Y, efectivamente, lo había.
De rebote, han descubierto que sí que hay trucos para saber si alguien está prestando atención a un suceso. Ya sea una conversación, una obra de teatro o cualquier otro evento en el que haya que poner todos los sentidos.
¿Cuál es la relación entre la atención y los parpadeos?
Como parte de su investigación, estos científicos contaron con la participación de 49 voluntarios a los que se pidió que escucharan a una serie de personas hablando en voz alta. Paralelamente, se emplearon cámaras para contabilizar el número de parpadeos que se realizaban durante el experimento.
Así, se comprobó que las personas disminuían mucho su tasa de parpadeos cuando escuchaban frases en voz alta. Si había mucho ruido de fondo parpadeaban aún más, lo cual demuestra que la necesidad de prestar más atención reduce mucho la tasa de parpadeos. De hecho, también probaron a variar las condiciones de luz, pero eso no influyó. Parpadeaban para, en cierto modo, escuchar mejor. La vista no influía tanto.

Es cierto que la tasa media de parpadeos era muy distinta de unos individuos a otros. No todos parpadeamos lo mismo. Sin embargo, en prácticamente todos, la cantidad de parpadeos se reducía cuando prestaban atención.
¿A qué se debe todo esto?
Este es solo un estudio observacional. Es decir, no se ha analizado por qué parpadeamos más cuando tenemos que prestar más atención. Solo se ha comprobado lo que pasa. Sin embargo, estos científicos tienen algunas hipótesis.
Por ejemplo, puede ser que parpadeemos menos para evitar perder información. Cuando parpadeamos, perdemos información visual momentáneamente. Se suele decir que, para prestar mucha atención, debemos poner todos nuestros sentidos en el asunto. Aunque en realidad para escuchar una conversación no necesitemos la vista, nuestro cerebro se ayuda de toda la información disponible para rellenar posibles huecos en la información auditiva. Por eso cuando hay ruido de fondo se parpadea aún menos. Si no podemos oír bien, al menos habrá que intentar completar la información con la vista.
También se piensa que esta detención del parpadeo podría ser una especie de pausa mental que indica que el cerebro está haciendo un procesamiento cognitivo.

Todo esto se tendrá que seguir investigando. De momento, se espera que esta información y la que se obtenga en un futuro sirvan para entender mejor los problemas cognitivos relacionados con la atención. Pero a la población general nos sirve para saber si de verdad nos están escuchando cuando hablamos. Ya no hay excusas.

