Muchas personas piensan solo en sí mismas y creen que ese es el verdadero camino para la felicidad. Sin embargo, la ciencia no está de acuerdo con esto, pues cada vez son más los estudios que demuestran que la amabilidad hacia otras personas es buena para la salud mental. Vamos, que ayudar a una señora mayor a cruzar la calle o hacer un voluntariado en un comedor social puede aportarte más beneficios que las acciones egoístas.
Lo ha demostrado recientemente un equipo de científicos de la Universidad de California en un estudio que, en realidad, se llevó a cabo en 2020, en plena pandemia de COVID-19. Esta fue una época en la que la salud mental de muchas personas se vio resentida. Los casos de ansiedad y depresión aumentaron muchísimo durante el confinamiento, pero también en los meses posteriores. Para colmo, era una época en la que las interacciones sociales eran bastante escasas. Quizás sea ese el motivo por el que se vio que la salud mental de las personas que ayudaron a otras personas mejoró notablemente. No solo estaban mostrando amabilidad, sino que también estaban teniendo esas interacciones tan complicadas en aquella época. Sin embargo, no es el único estudio que apunta a estos beneficios de la amabilidad.
Otras investigaciones realizadas en otras épocas han dado lugar a resultados similares. La amabilidad, ya sea hacia los demás o hacia uno mismo, tiene efectos muy positivos sobre la salud mental. Sin embargo, el bienestar generado por las buenas obras hacia otras personas tiene muchos más matices que el propio autocuidado. Todos ellos buenos, por supuesto.
Los beneficios de la amabilidad para la salud mental
Según la Fundación para la Salud Mental de Reino Unido, la amabilidad es beneficiosa para la salud mental de forma bidireccional. Es decir, que la gente sea amable con nosotros nos hace sentir bien, pero también experimentamos esos beneficios para la salud mental cuando somos nosotros los que mostramos amabilidad.
Esto es algo que se extrae de muchos estudios realizados en el pasado. Por ejemplo, en 2022 se llevó a cabo uno en el que se asignó aleatoriamente a 122 personas con síntomas de depresión y ansiedad en tres grupos distintos. Uno de ellos se dedicó a realizar buenas obras en el tiempo que duró el experimento, el otro participó en actividades sociales y el otro hizo una reevaluación cognitiva basada en el registro de pensamiento. Esta última es una herramienta de la terapia cognitivo conductual, la única terapia psicológica que goza de evidencia científica.

La importancia de la conexión social
Se observó que todos los pacientes experimentaron una mejoría. Sin embargo, esta fue más notable en el primer grupo. Además, estos participantes mostraron sentirse más conectados socialmente incluso que los que realizaron actividades sociales. Esto, lógicamente, no quiere decir que yendo de voluntarios a una ONG nos ahorremos el psicólogo. Cuando tenemos un problema de salud mental, nuestro psicólogo nos dará muchas herramientas para lidiar con él, no una de forma aislada. Lo que sí nos indica este estudio es que, de forma aislada, las buenas obras pueden tener un efecto muy positivo en nuestra salud mental. Si estamos pasando por un periodo serio de depresión o ansiedad, puede ser un complemento magnífico para la terapia psicológica.
Por otro lado, en el caso del estudio realizado en 2020 y publicado recientemente, 777 personas fueron asignadas también a tres grupos al azar. Uno de autobondad, donde realizaban buenos actos hacia sí mismos, otro de amabilidad en el que realizaban tres buenas obras a la semana, y otro control, sin ningún tipo de acto de amabilidad.
Se vio que tanto el autocuidado como las buenas obras tenían un efecto beneficioso sobre la salud mental. Sin embargo, este era aún mayor y más duradero en quienes fueron amables con los demás.

No olvidemos que somos animales sociales
Hay dos hipótesis por las que esto ocurre. Por un lado, cuando estamos pensando en los demás nos olvidamos de los problemas propios que atormentan nuestra salud mental. Y, por otro lado, todo es una cuestión social.
Los seres humanos somos animales sociales. Crear vínculos con otras personas es muy beneficioso para nosotros, de modo que prácticamente estamos programados para buscar esos vínculos. Cuando los creamos, normalmente obtenemos satisfacción, como con todo aquello que es beneficioso para nosotros como especie. La dopamina se pone en marcha y nos recompensa por socializar, de modo que queramos seguir haciéndolo para recibir ese placer.
Esto, lógicamente, es muy beneficioso si estamos sufriendo síntomas de depresión o ansiedad. El autocuidado es maravilloso y no debemos dejarlo a un lado, pero las buenas obras y la amabilidad hacia otras personas también nos hace conectar socialmente, mejorando todavía más. Por eso, si estabas pensando en nuevos hábitos para este mes de septiembre, ¿te has planteado intentar hacer al menos una buena obra al día?