Sydney Sweeney se ha convertido en objeto de una agria polémica que no para de crecer. En especial, porque, además, parece impactar — y desarrollarse — directamente en el centro del complicado debate político actual estadounidense. ¿Lo más insólito? Que el escándalo no se debe a declaraciones de la modelo y actriz, sino a una campaña de los jeans American Eagle, convertida en un punto incómodo sobre el debate conservador. Por lo que Sweeney se ha convertido casi por accidente en símbolo del movimiento MAGA liderado por Donald Trump. Tanto como para que incluso el presidente norteamericano tuviera palabras de apoyo para la actriz en medio de la controversia.
Lo cierto es que la campaña de American Eagle protagonizado por la estrella de Cualquiera menos tú se hizo viral y después, un escándalo a gran escala por varias razones distintas. La primera, la acusación de que la actriz está siendo sexualizada de manera evidente. Eso, debido a que en el comercial, Sydney Sweeney posa mientras la cámara enfoca directamente su escote. De hecho, la intención de la publicidad es tan clara al respecto, que la misma intérprete lo menciona dentro del comercial. Para después, pedir que la miren a la cara al hablar.
Pero el elemento realmente polémico de la campaña, radica en el juego de palabras que utiliza como eslogan. Titulada Sydney Sweeney Has Great Jeans, está basada en un juego de palabras en inglés aparentemente inofensivo entre los términos genes y jeans. Mientras la actriz se enfunda en un par de pantalones de la marca American Eagle, explica que heredó sus ojos azules y cabello rubio de sus ancestros. “Mis genes son azules”, concluye la actriz. Luego, un narrador masculino añade: “Sydney Sweeney tiene unos jeans estupendos”.
Un momento político complicado

La analogía es obvia y aunque puede interpretarse como un vínculo con la larga herencia de los pantalones de jeans en la cultura norteamericana, la frase también remite a algo más complicado. En especial, porque en cierta forma parece glorificar un ideal racial durante una era políticamente complicada. Un giro controvertido que de inmediato despertó una durísima discusión acerca de los términos y el uso del lenguaje, para hablar de buenos o malos genes. Un extremo que llevó hasta la discusión de la eugenesia y la supremacía blanca. Todo, en medio de un clima cada vez más enrarecido con respecto a la identidad étnica en la Norteamérica actual.
La situación se volvió más difícil, porque, de hecho, durante las primeras semanas la publicidad — que contenía varios videos y vallas distintas— tocó temas complicados. En todas las piezas, podía verse a Sydney Sweeney con jeans azules, revisando el motor de su Ford Mustang o solo caminando, siempre poniendo el énfasis en su ropa. Pero en una de las imágenes más controvertidas, la actriz cambia un cartel de ella misma que dice “Sydney Sweeney tiene unos genes estupendos” para que la palabra genes esté tachada y sustituida por jeans.

No obstante, el anuncio más criticado, es en el que la actriz habla. En especial, porque el juego de cámara, entre su rostro y apariencia, con la palabra genes y jeans, tiene un obvio sentido. En especial, cuando el presidente Donald Trump ha mencionado en varias oportunidades que “los malos genes” tienen relación con la violencia o la criminalidad. El escándalo fue inmediato y se acusó a la intérprete de permitir que su imagen se utilizara para afirmar ideas supremacistas sobre la raza aria. La situación se volvió peor cuando el vicepresidente J.D. Vance apoyó públicamente a Sydney Sweeney. Eso, al afirmar que las críticas en línea eran una falta de sentido común y distorsión de la izquierda política.
Una polémica en escalada

La situación alrededor de la campaña se volvió aún peor cuando se recordaron diversas acusaciones contra Sydney Sweeney acerca de su posición política. Hace meses, la actriz fue señalada como votante republicano — algo que se comprobó luego del escándalo — y además, de favorecer la sexualización de las mujeres. También se acusó a la campaña de American Eagle de perezosa y mal escrita, además de querer beneficiarse de un público más conservador.
En medio de la controversia, la marca retiró los videos de sus cuentas oficiales. Pero no, la enorme valla publicitaria en Times Square en que sigue viéndose uno de los anuncios más controversiales, con la palabra genes tachada. Por otro lado, la empresa insistió en un comunicado publicado el 3 de agosto, que la campaña solo se trataba sobre jeans y recalcó que cualquier otra interpretación, es errónea. Aun así, la campaña pareció tener consecuencias inmediatas. El 5 de agosto, se denunció la publicidad de Dunkin para su nueva bebida de verano protagonizada por Gavin Casalegno. El motivo: en el comercial, el actor atribuye su bronceado a buenos genes.

En las redes sociales, la discusión se ha vuelto un complicado debate acerca de los límites de la publicidad actual. En especial, cuando parece ahondar en el debate político que ha provocado las medidas de Donald Trump contra emigrantes y su acento en el discurso nacionalista. Por su parte, Sydney Sweeney no ha hecho declaración alguna, pero, por ahora, parece llevarse la peor parte del debate. El 3 de agosto, fue abucheada públicamente durante el estreno de Americana, su película más reciente. Algo que parece demostrar que el escándalo alrededor de su imagen no ha hecho más que comenzar.