Hace un año tenía en mis manos uno de los móviles que me hizo darme cuenta de que había vida más allá de Xiaomi. El Realme GT 7 Pro fue para mí una grata sorpresa, un móvil con muy buenas prestaciones a un precio muy atractivo que lo hacía perfecto para aquellos que buscaban algo potente, con buena batería y una muy buena pantalla. Ahora, doce meses después, Realme ha renovado su modelo insignia con el lanzamiento del Realme GT 8 Pro, un móvil que mantiene la misma esencia, pero que llega con algún que otro cambio para hacerlo mucho más diferente y atractivo.
A simple vista, parece más de lo mismo: un teléfono con un diseño similar a otros, y muy parecido a su antecesor; con el último procesador de Qualcomm, con mucha RAM y almacenamiento, con una batería gigantesca y una configuración de cámara parecida a la que vemos en los móviles de gama premium de marcas como Apple o Samsung. Pero hay detalles que lo hacen un móvil más especial que el resto, y van más allá de un apartado fotográfico renovado.
Realme ha optado por incluir un diseño “modular” en este GT 8 Pro que, a su vez, parece solventar el que para mí es uno de los mayores inconvenientes en un móvil Android: el diseño tan aburrido y extraño que tienen algunos móviles. El GT 8 Pro tiene un módulo intercambiable que permite modificar el aspecto rápidamente, algo que le da un plus de personalidad al dispositivo.
Y todo ello, claro está, sin dejar de lado las prestaciones. Esto lo convierte automáticamente en uno de los móviles más llamativos de 2025. Ahora bien, si realmente es una característica diferencial o no, y si este móvil por 999 euros merece la pena frente a la dura competencia, es algo que revelo en esta review.

El primer móvil con módulo de cámara intercambiable
Hace años que perdí la esperanza de encontrar un Android bonito más allá de algún Galaxy o los Google Pixel, pero durante los últimos meses he visto modelos que me han convencido bastante. Prueba de ello es el recién lanzado OnePlus 15, o incluso este Realme GT 8 Pro. Sí, en mi opinión, en un móvil bonito.
La unidad que ha pasado por mi mesa de análisis tiene una parte posterior de cristal con color entre blanquecino y dorado que le aporta un acabado muy elegante, y que combina a la perfección con unos marcos en color plata. Estos, además, son bastante cómodos.
He de decir que parte del atractivo del diseño, y el por qué de que, en mi opinión, me parezca bonito, es ese módulo de cámara intercambiable del que hablaba anteriormente. Se trata de un componente fabricado completamente en aluminio, sobresale ligeramente de la parte posterior, y le da un aspecto un tanto industrial, pero sin salirse en la línea de lo elegante.


Por defecto, el Realme GT 8 Pro viene con un módulo en formato circular que deja ver los tres sensores, pero este se puede extraer mediante dos tornillos que se encuentran a cada lado y con la ayuda de un destornillador que viene incluido en la caja. Realme ofrece varias opciones. Si quieres, puedes simplemente quitar el módulo fotográfico circular para dejar a la vista el sistema de cámaras, que tiene una forma más cuadrada y un tanto extraña.
Si lo prefieres, puedes comprar un módulo adicional cuadrado que cubre el “esqueleto de la cámara” y que, además, viene con una funda adaptada a la forma. Si te aburres, puedes volverlo a cambiar.

Los dos puntos fuertes del Realme GT 8 Pro
Cuando dejas de colocarle el módulo para la cámara y le das la vuelta al móvil, te das cuenta de lo buena que es su pantalla. El Realme GT 8 Pro llega con un panel AMOLED de 6,79 pulgadas con una resolución de 1440 x 3136 píxeles. Cuenta, además, con una tasa de refresco de 144 Hz, así como un brillo que alcanza picos de hasta 7.000 nits, aunque en la mayoría de situaciones funciona en hasta 1.000 nits.
Es una pantalla colorida, con una calibración excelente, una nitidez muy buena y unos añadidos que permiten disfrutar de la experiencia a la hora de consumir contenido multimedia. No es de las mejores pantallas en un móvil, pero por este precio es difícil encontrar algo así.
Una de mis preocupaciones era si ese brillo de hasta 7.000 nits y esa tasa de refresco tan alta podría repercutir en la batería. Spoiler: no. El Realme GT 8 Pro cuenta con una de 7.000 mAh de capacidad. Es una batería de silicio-carbono, las cuales incluyen una mayor densidad energética en un tamaño relativamente compacto. Por tanto, el GT 8 Pro no tiene un grosor o un peso excesivo.
Respecto a los resultados, la batería hace un trabajo fantástico, incluso en condiciones en las que hacemos un uso intensivo. Fácilmente, vas a poder llegar al final del día con un 40 – 50 % sin ningún problema o incluso a varios días si no le das un uso tan exigente. Como pasa con la pantalla, no es la mejor batería que he probado en un móvil, pero te garantizo que no vas a tener que preocuparte en este aspecto.

Potencia de sobra y un software con sus pros y sus contras
Todo esto se complementa con un rendimiento que también es excelente. El Realme GT 8 Pro llega con el procesador Snapdragon 8 Elite gen 5, el más reciente de Qualcomm y uno de los más potentes de la actualidad. Dicho SoC hace que el móvil vuele; todo funciona con total fluidez y permite ejecutar juegos (incluso con gráficos elevados) sin ningún tipo de problema.
Durante mis jornadas de uso no he notado un calentamiento excesivo, aunque he de confesar que al software le falta un poco más de optimización para poder mover todo con total fluidez. En cualquier caso, no es nada remarcable.
Y hablando de software, el Realme GT 8 Pro tiene una capa de personalización propia bajo Android 16. Es una interfaz minimalista, con alguna que otra opción de personalización interesante y diferentes funciones de IA. Entre ellas, se incluyen las típicas para transcribir audio, mejorar texto o traducir de forma simultánea, y hay alguna que otra enfocada a la edición de imágenes. Por supuesto, también incluye Gemini de serie.

Nuevas cámaras firmadas por Ricoh GR
Llegamos a uno de los apartados más interesantes del Realme GT 8 Pro: su cámara. El nuevo buque insignia de Realme llega con un apartado fotográfico algo renovado. Tiene un sensor principal de 50 megapíxeles con una apertura f/1.8, así como una cámara ultra gran angular que pasa de los escasos 8 megapíxeles en el anterior modelo, a los 50 megapíxeles. A estas dos cámaras le acompaña un sensor teleobjetivo de 200 megapíxeles capaz de tomar fotografías con un zoom óptico 3x.
Como novedad, Realme ha colaborado con la firma Ricoh GR para mejorar el sensor principal, y la empresa especializada en fotografía también está presente a través de un modo de cámara específico con el que es posible hacer fotografías a una distancia de 28 mm (la distancia común en las cámaras de Ricoh), así como en 40 mm, distancia que solo está disponible en la GR IIIx.
Más allá de la colaboración, la cámara del Realme GT 8 Pro ofrece resultados muy buenos en la mayoría de situaciones, mucho más ricos que en el GT 7 Pro, con muy buen detalle y una muy buena interpretación de los colores cuando las condiciones lumínicas son buenas. No obstante, es habitual ver tonos un poco saturados en interiores o cuando no hay luz solar.
La cámara ultra gran angular mantiene ese buen detalle que vemos en el sensor primario, con una exposición más que correcta y un salto de calidad muy notable respecto al modelo del año pasado. Sucede lo mismo con el teleobjetivo periscopio. Al disparar en 3x (óptico) podemos obtener un detalle excelente, con un muy buen rango dinámico y una exposición más que correcta. Un punto a favor es que la app de cámara nos permite disparar en diferentes distancias focales y hacer zoom hasta los 120x. Eso sí, prepárate para ver ruido si haces fotografías con ese alcance.

¿Merece la pena el Realme GT 8 Pro?
El Realme GT 8 Pro llega al mercado por 999 euros para la versión de 12 GB de RAM y 256 GB de almacenamiento, mientras que la variante más potente, con 16 GB de RAM y 256 GB de memoria, se puede comprar por 1.099 euros. Además, y hasta el 6 de diciembre, ambas versiones cuentan con una promoción de lanzamiento que permite comprar la versión de 256 GB por 899 euros y la variante de 512 GB por 999 euros. Ahora bien, ¿merece la pena?
El nuevo insignia de Realme es uno de los smartphones del año, tanto por sus prestaciones, como su precio. Es difícil encontrar algo que ofrezca tanto por menos de 1.000 euros, y sobre todo es difícil encontrar una opción con tan buena pantalla, tanta batería, un rendimiento a la altura de cualquier otro gama premium y un apartado fotográfico tan versátil.
De hecho, es difícil encontrar una alternativa mejor a este Realme GT 8 Pro si lo que priorizas es diseño, pantalla, autonomía y rendimiento. Tal vez una de las mejores alternativas sea el OnePlus 15, que en mi opinión tiene un aspecto mucho más atractivo y cuidado y un software mucho más pulido. No obstante, en cámara (sobre todo en el teleobjetivo), el GT 8 Pro de Realme está un paso por delante.
Eso sí, no es oro todo lo que reluce. El Realme GT 8 Pro tiene algunos puntos negativos a tener en cuenta. Su cámara, si bien es buena, no está a la altura de las mejores, por lo que si prefieres priorizar en el apartado fotográfico y no te importa gastarse algo más de dinero, lo más recomendable es que optes por un Oppo Find X9 o similar. En cualquier caso, el GT 8 Pro supone una muy buena renovación respecto al modelo del año pasado, y deja claro que la compañía china puede competir perfectamente contra Xiaomi y otras marcas similares.
