Por lo general, las personas que experimentan con asiduidad el mareo de coche reconocen haber probado todo tipo de remedios. Hay soluciones farmacológicas, como la biodramina, pero también trucos de lo más variados, desde mantener la vista fija en el frente hasta inhalar olor a limón. Unos funcionan más que otros, desde luego, pero ninguno parece infalible. Por eso, cuantas más opciones, mejor.
Ahora, un equipo de científicos de la Universidad del Suroeste de China ha demostrado que algo tan sencillo como escuchar música feliz puede ser ideal para aliviar los síntomas del mareo de coche. Posiblemente este remedio no sirva para prevenir su aparición, pero sí que puede hacer que los síntomas no lleguen a los extremos a los que llegan a veces.
Además, estos científicos han demostrado que la música suave tiene un efecto parecido. En cambio, la música triste puede empeorar los efectos del mareo de coche. De hecho, los síntomas pueden llegar a ser incluso peores que sin ningún remedio. En definitiva, si te gusta la música triste y eres de esas personas que se marean en el coche, date la oportunidad de cambiar un poco tu estilo cuando viajes. Al final lo agradecerás y llegarás a tu destino con toda la energía del mundo para escuchar tu canción deprimente favorita.
¿A qué se debe el mareo de coche?
El mareo de coche es el resultado de un conflicto entre dos sistemas de nuestro organismo. Por un lado tenemos el sistema visual que nos indica lo que vemos a través de los ojos. Y, por otro, un sistema centralizado en el oído que se encarga de controlar nuestro equilibrio e identificar nuestros movimientos.
Cuando vamos en coche ambos sistemas entran en conflicto, porque les llegan señales contradictorias. Con los ojos vemos que estamos quietos, mientras que el sistema del equilibrio nos indica que nos estamos moviendo. Es una contradicción que se exacerba sobre todo cuando leemos o miramos el móvil, porque la pantalla de los dispositivos o el libro en el que leemos dan una imagen aún más estática.
Como suele ocurrir con otros sistemas de nuestro organismo cuando entran en conflicto, nuestro cerebro nos pone en alerta, indicando que algo no va bien a través de señales como el mareo, el malestar o incluso los vómitos.
Este mareo, conocido como cinetosis, se puede dar también en otras ocasiones. Por ejemplo, las personas que suelen marearse en el coche a menudo lo hacen también en las cintas de correr exactamente por los mismos motivos.
¿Qué puede hacer la música para ayudarnos?
La sensación de mareo en el coche es muy desagradable. Por eso, es habitual que empecemos un viaje pensando en ella. Eso nos sugestiona y hace que nos mantengamos nerviosos mientras esperamos los síntomas. Además, una vez que estos aparecen podemos seguir con ese mismo estado de nerviosismo, que no hará más que empeorar cómo nos sentimos.

En definitiva, aunque es algo claramente físico, la cinetosis también tiene un claro componente psicológico. Ahí es donde entra en juego la música.
Los autores de este estudio que se acaba de publicar contaron con la participación de 30 personas que reconocieron tener mareos moderados cuando viajan en coche. Todas ellas se sometieron a una simulación de conducción en recorridos elegidos previamente por generar más sintomatología de cinetosis. Esto ocurre, por ejemplo, cuando hay muchas curvas.
Los participantes se dividieron en 6 grupos. Cuatro de ellos escucharon música, que podía ser suave, apasionada, triste o feliz. El quinto grupo no escuchó música y el sexto no llegó a marearse, ya que se detuvo la simulación en cuanto aparecieron los primeros síntomas. Además de conducir, todos ellos se sometieron a un electroencefalograma a través de un casco colocado durante la conducción.
Vale tanto la música feliz como la suave
Los participantes que refirieron menos síntomas de mareo por coche fueron los de la música suave y feliz. Los de la música triste tuvieron los resultados más negativos. Peores incluso que los de aquellos que no escucharon música ni hicieron nada para detener el mareo.
Los autores del estudio creen que se debe a que la música suave relaja las tensiones que pueden incrementar los síntomas de mareo, mientras que la música feliz puede suponer una distracción con respecto a esos mismos síntomas.
En cuanto al electroencefalograma, se observó que, a medida que aumentaban los síntomas, la actividad en el lóbulo occipital disminuía. De hecho, el último grupo fue muy útil para controlar esto; ya que, al detener la simulación con los primeros síntomas, la actividad del lóbulo occipital no llegó a caer. Esta zona del cerebro se encarga de procesar la información visual. Por lo tanto, el conflicto que da lugar a la cinetosis estaba impidiendo ver con claridad.
Sin embargo, cuando los participantes empezaron a escuchar música suave o feliz, la actividad comenzó a recuperarse. Los síntomas fueron mermando y finalmente se alcanzó una actividad normal.

Lógicamente, el estudio tiene bastantes limitaciones. La primera es el número de participantes. Son muy pocos para poder obtener resultados sólidos. Por otro lado, el hecho de que se haya llevado a cabo en un simulador en vez de en un coche hace más difícil la extrapolación. Y, para terminar, los participantes tuvieron que simular que conducían. Normalmente los conductores se marean menos que el resto de pasajeros de un coche, ya que su vista fija en la carretera va en mejor consonancia con el movimiento real. Sería interesante repetir el estudio con los no conductores. Aunque, posiblemente, habiendo música feliz de por medio todo sea también más llevadero para ellos.