A unas semanas de que Xbox subiera los precios de Game Pass en todo el mundo un nuevo reporte ofrece un panorama de lo que ocurre dentro de la compañía. Fuentes cercanas a la compañía revelaron que Microsoft está exigiendo ganancias más altas a su división de videojuegos, una decisión que ha obligado a Xbox a buscar nuevas fuentes de ingresos y a cancelar proyectos.
Si alguna vez te has preguntado por qué Gears of War Reloaded o Forza Horizon 5 llegaron a PS5, la respuesta va más allá de ese futuro sin exclusividades que planteó el jefe de Xbox durante los últimos años. Las bajas ventas y la compra de Activision Blizzard por 69.000 millones de dólares fueron suficientes para que los altos ejecutivos de Microsoft se involucraran, quienes ahora exigen un margen de ganancia del 30%, un porcentaje superior al promedio que manejan compañías como Sony o Nintendo.
Según Bloomberg, la directora financiera de Microsoft, Amy Hood, estableció una meta del 30% en los “márgenes de responsabilidad” para la división de juegos. El cambio se implementó durante el otoño de 2023, fecha en que se concretó la compra de Activision Blizzard tras recibir la autorización de los reguladores. Las fuentes mencionan que Hood y su equipo asumieron un rol más importante dentro del negocio de juegos, lo que explicaría cada decisión de Xbox en los últimos dos años.
Previo a que implementara el nuevo objetivo, Xbox mantenía un margen de ganancias de entre 10% y 20%, una cifra que se mantenía dentro del promedio de la industria de videojuegos, según la firma S&P Global Market Intelligence. Phil Spencer y compañía tuvieron libertad para enfocarse en desarrollar juegos sin tener que cumplir una cuota específica, aunque eso cambió tras una combinación de factores.

Game Pass y Call of Duty resultaron contraproducentes para Xbox
Los planes de comprar estudios para nutrir el catálogo de Game Pass atrajo un mayor escrutinio de Microsoft. La promesa de construir el Netflix de los videojuegos no se tradujo en ganancias millonarias y acarreó pérdidas en casos específicos, como los lanzamientos de día 1 de todos los juegos de Xbox en el servicio.
El ejemplo más evidente es Call of Duty: Black Ops 6, que representó una pérdida de 300 millones de dólares por lanzarse en Game Pass, según un informe de Bloomberg. A esto se suman otros juegos de estudios first party, como Halo Infinite, Starfield o Forza Motorsport, que no vendieron lo suficiente como para considerarse exitosos.
El nuevo margen de ganancias cambió los planes de Xbox. Según el reporte, la división de juegos ha buscado formas de reducir costes y aumentar las ganancias. Entre 2024 y 2025, la compañía despidió a miles de empleados y canceló, al menos, cuatro proyectos importantes. Juegos como Everwild o Perfect Dark, que llevaban más de siete años en desarrollo, desaparecieron, así como también el MMO de Zenimax Online, un FPS de John Romero (Doom) y Contraband, un juego desarrollado por Avalanche Studios.
Aunque la exigencia del 30% no se ha hecho pública, los efectos son evidentes en las decisiones de Xbox. La subida de precios en Game Pass, que aumentó en 50% el coste de Ultimate y enfureció a los usuarios, es parte de la estrategia de una empresa que prefiere invertir el dinero en inteligencia artificial en lugar de videojuegos. Los cambios han tenido un efecto positivo en los ingresos, ya que Microsoft reportó un aumento del 34% durante su último trimestre fiscal.
Es probable que el aumento de precios continúe, aunque ahora se reflejará en los juegos que podrían alcanzar los 80 USD en 2026.

