Predator: Badlands es toda una novedad dentro de la franquicia Predator. Por un lado, y por primera vez a lo largo de más de cuatro décadas de existencia, la saga tiene un héroe como centro de sus películas. Dek (Dimitrius Koloamatangi), que intenta demostrar su valía frente a un padre exigente y violento, no solo quiere demostrar sus habilidades para matar. Que lo hace y en más de una ocasión. También, necesita entender su propia historia y la de su raza, mientras atraviesa un planeta mortífero en que casi cualquier cosa podría matarlo.
Se trata, claro está, de un matiz por completo desconocido para un miembro de la raza de guerreros especiales, famosos por su violento y sofisticado armamento. Pero el director y también guionista, Dan Trachtenberg, tomó la decisión de desarrollar a su personaje más allá de su capacidad para ser letales. Por lo que de entrada, la cinta plantea una dimensión por completo nueva de la brutal raza Yautja. Más interesante todavía: al otro extremo, Predator Bandlands intenta mostrar las enormes posibilidades de entender la cultura guerrera a partir de su complejidad y profundidad.
La decisión creativa no es casual. Primero con Predator: La presa (2022) y después con Predator: Asesino de asesinos (2025), el director ha probado que el universo de la saga es vasto y lleno de giros sorprendentes. A lo que se incluye que en esta ocasión, una relación más que evidente con la franquicia Aliens, los sintéticos y todo el subtexto de control corporativo, vinculado con Weyland-Yutani. Un punto que, además, permite al realizador encajar su película dentro de la, en ocasiones, complicada línea de tiempo de la saga. Un elemento que hace mucho más interesante la trama y su perspectiva sobre su premisa de un héroe capaz de enfrentarse al futuro. O en cualquier caso, lo que se espera de él.
El tiempo en ‘Predator: Badlands’

De hecho, Predator: Badlands, que ha generado desde su anuncio una considerable expectación por sus conexiones con la franquicia Alien. En específico, porque el director Dan Trachtenberg está dispuesto —y lo hizo— a recombinar ambas franquicias de una forma que puedan combinar juntas. No al estilo de la irregular saga Alien vs. Predator —a menudo criticada por ser más un fanservice evidente que un universo en expansión—, sino desde la idea de historias que se completan entre sí.
Para eso, la trama se enfoca, además de en el joven Dek, en Thia (Elle Fanning), una sintética de Weyland-Yutani. Algo que permite que ambos universos cinematográficos se enlacen, sin tener que añadir necesariamente a los temibles xenomorfos. Pero, siendo que con más de cuatro décadas de trayectoria y todo tipo de iteraciones, ambas sagas han crecido de manera desigual, la pregunta es inevitable. ¿Cómo encaja Predator: Badlands en la compleja cronología de Alien y Predator? Eso, a pesar de ser una entrega relativamente independiente y que, al ser una historia cápsula, no depende de eventos anteriores.

Para eso, el director y guionista tomó algunas decisiones interesantes para lograr que la cinta, sin perder su identidad como pieza única, se insertara cómodamente en una mitología mayor. Durante una entrevista con IGN, Trachtenberg explicó cómo logró que Predator: Badlands estuviera de forma casi natural en la continuidad del universo. “Pasaban muchas cosas cuando estábamos haciendo esta película. Alien: Romulus aún no se había estrenado y yo no la había visto. Y sabía que se estaba desarrollando Alien: Planeta Tierra, pero no estaba seguro de cómo iba a terminar”, explicó para detallar el complicado momento de producción. “Así que decidimos ambientarnos bastante en el futuro. De esta forma, todo lo que ha sucedido habría ocurrido antes de nuestra película”, detalló.
“Soy consciente de que hoy en día, con toda la información que tenemos a nuestro alcance, algunas cosas pueden parecer una tarea. Y tienes que recordar en qué punto de la cronología se sitúa cada película entre esta y aquella. Y realmente no quería que ese fuera el caso con Predator: Badlands”. De modo que la respuesta sencilla a la gran pregunta, es la de imaginar que los eventos de la cinta actual pasan mucho después de cualquier cosa vista hasta ahora, tanto en la saga Depredador como en la de Alien.
La razón por la que no hay un xenomorfo en ‘Predator: Bandlands’

Para Dan Trachtenberg, lo interesante de Predator: Badlands es su capacidad para funcionar sin necesidad de otra historia. Algo que permitió al cineasta esforzarse por crear una excelente experiencia cinematográfica que se sostuviera por sí misma. Además, que fuera accesible para todos los públicos, incluso sin estar familiarizado con las franquicias centrales de la historia.
Lo que coincide con lo dicho por Trachtenberg durante el estreno de Predator: La presa, momento en el que insistió que quería evitar el síndrome de “mezclar figuras de acción”. Por lo que se tomó el tiempo necesario para asegurar que las conexiones con los Aliens se sintieran orgánicas a la historia que intentaba contar. Eso, sin tener que incluir a una de las criaturas como método de conexión entre historias. De hecho, el mayor interés del director fue explorar tanto en Yautja como sintéticos, dotándolos de complejidad y desarrollo. ¿Un dato curioso consecuencia de lo anterior? Predator: Badlands no tiene ningún personaje humano en su argumento.

