El calentamiento global nos está dejando un planeta que cada vez será más inhabitable. Muchas personas no lo ven o no quieren verlo. Las olas de calor, la desaparición de glaciares o la aparición de enfermedades tropicales en lugares anómalos no parecen suficientes para que se den cuenta. En busca de algo que les duela en lo personal, muchos científicos han centrado parte de su divulgación en contarnos que, si todo sigue así, nos quedaremos sin vino, café ni chocolate. Hay a quien, tristemente, eso le duele más que todo lo demás. Para solucionarlo, se podrían tomar medidas como la intervención artificial de la temperatura atmosférica. Sin embargo, según un nuevo estudio, es una medida insuficiente. Hay que atajar todos los problemas derivados del cambio climático.
Tanto la uva que se emplea para preparar el vino como las plantas de las que se obtienen el café y el cacao son cultivos muy vulnerables a los cambios de temperaturas. Se ha planteado la posibilidad de disminuir la temperatura mediante la inyección de aerosoles estratosféricos. Estos depositan en la estratosfera una capa de partículas diminutas que reflejan la luz solar de nuevo hacia el espacio, de manera que no se acumula entre la superficie terrestre y la atmósfera y, por lo tanto, no tiene lugar tanto efecto invernadero.
Ahora, un equipo de científicos de la Universidad del Estado de Colorado ha comprobado si sería suficiente con este tipo de intervención para revertir los efectos del calentamiento global sobre el vino, el café y el chocolate. Desgraciadamente, han visto que no basta con eso. El cambio climático es mucho más amplio.
¿Por qué peligran el vino, el chocolate y el café con el calentamiento global?
La vid, el cafeto y el árbol del cacao son cultivos que necesitan condiciones climáticas muy concretas. Para crecer adecuadamente requieren temperaturas y niveles de humedad que no se encuentran en todo el mundo. Por ejemplo, la vid se debe cultivar idóneamente entre los paralelos 50 ºN Y 40 ºS. Más arriba o más abajo se encontraría con unas condiciones demasiado frías o cálidas y una cantidad de agua excesiva o insuficiente. Desgraciadamente, en los últimos años estamos viendo cómo se pierden cada vez más cultivos, normalmente a causa de sequías o temperaturas extremadamente cálidas para el lugar del mundo en el que se encuentran.

Con el cafeto y el cacao ocurre lo mismo. La mayor parte de cultivos se encuentran en puntos concretos de América del Sur y África Occidental, pues allí reinan las mejores condiciones para su crecimiento. Pero también estamos viendo cómo poco a poco se van perdiendo. Algunos expertos calculan que para 2050 aproximadamente la mitad de terrenos en los que se cultiva el café serán incultivables. Con el cacao se hacen predicciones parecidas para 2040. En el caso del vino no se han aventurado tanto a dar cifras, pero algunos de los principales productores, como España, podrían dejar de ser idóneos para el cultivo pronto.
Hay que buscar soluciones
Está claro que hay que buscar soluciones si no queremos perder tres de los principales motores económicos mundiales en materia de alimentación. Lo lógico es ir con todo en contra del cambio climático, pero algunos agricultores podrían intentar tomar el camino de en medio. Es el caso de los que quieren probar con la inyección de aerosoles en la estratosfera.
Dado que es un tema que se ha puesto en más de una ocasión sobre la mesa, los autores del estudio que se acaba de publicar quisieron simular cuáles serían los resultados. Desarrollaron modelos computacionales en los que se imita el clima de Europa Occidental, América del Sur y África Occidental entre 2036 y 2045. Son años en los que el vino, el café y el chocolate ya peligrarían por el calentamiento global en estos puntos, por lo que se realizó la simulación teniendo en cuenta el transcurso normal que está siguiendo el cambio climático en la actualidad. Después, se analizó cómo influiría la inyección de aerosoles.
La realidad es que, de las 18 regiones analizadas, solo 6 experimentaron cierta mejoría. En el resto no sirvió de nada inyectar los aerosoles.

El cambio climático es mucho más que calor
La intervención realizada en la atmósfera disminuyó las temperaturas, es cierto. Pero este no es el único inconveniente para los cultivos acarreado por el cambio climático. No se lograron controlar las sequías o lluvias extremas. Tampoco las plagas aparecidas por los cambios en los niveles de humedad. Todo eso siguió mermando los cultivos, a pesar de que las temperaturas fuesen aparentemente las idóneas para su crecimiento. El vino, el café y el chocolate siguieron abocados a la desaparición.
Por lo tanto, si queremos seguir disfrutando de estos manjares, no nos queda otra que poner nuestro granito de arena contra el cambio climático y contribuir a presionar para que los más poderosos pongan muchísimos granos de arena más. Es un problema de todos. Puede que los más ricos no se den cuenta de la pérdida del vino, el café y el chocolate al principio, pues en un inicio, cuando haya pocos campos de cultivos, solo se encarecerán. Pero llegará un momento en que tampoco haya para ellos. El cambio climático terminará por azotarnos a todos, independientemente de nuestra clase social. Ya lo está haciendo, de hecho.

