Cuando llega el calor, los medios se llenan de artículos con recomendaciones para superar el periodo estival de la manera más cómoda posible. Y es inevitable que, entre consejo y consejo, aparezca el aire acondicionado. Olvídate de abanicos, abrir ventanas o ventiladores. El aire acondicionado es el rey cuando se trata de ganarle la partida al termómetro y alcanzar una temperatura que te permita dejar de sudar y hacer vida normal. Pero es difícil equilibrar el aire acondicionado con ahorrar energía. Aunque tu aire tenga modo económico y modo humedad.
El aire acondicionado tiene ese gran inconveniente. Su capacidad para enfriar cualquier habitación o estancia tiene una consecuencia obvia, el consumo eléctrico. Cuanto más tiempo lo mantienes encendido, más gasta. Por muy inteligente que sea tu aparato. Por mucho que limpies los filtros, cierres las ventanas y mantengas una temperatura de entre 24 y 26 °C, la factura de la luz te va a sorprender. Y para mal. Es inevitable. En ahorrar luz, el ventilador gana de calle. Pero, claro, no es lo mismo.
Así que mientras alguien inventa un aire acondicionado que apenas consuma electricidad, y el mundo se calienta cada vez más superando récords de altas temperaturas y noches tórridas, podemos ir rascando algún euro jugando con los consejos habituales. Aislar bien tu vivienda, evitar que le dé la luz directa durante las horas de sol, ventilar bien durante la noche, no bajar demasiado la temperatura del aire acondicionado y, finalmente, utilizar sus muchas funciones de ahorro.
Ahorrar energía en aire acondicionado con el modo humedad o dry mode

Los aparatos de aire acondicionado actuales son más eficientes que los de hace unos años. Pero todavía no hemos logrado que estos dispositivos consuman lo mismo que un televisor, una bombilla o un ventilador. Sin embargo, sí cuentan con funciones y características enfocadas a ahorrar energía dentro de unos límites. El temporizador y el modo económico son dos ejemplos conocidos por casi todos. Pero luego tenemos un modo humedad poco publicitado. El típico que aparece en el mando del aire con forma de gotita.
Se llama de muchas maneras. Dry Mode. Modo Dry. O, también, modo seco o modo humedad. Consultando un manual de un fabricante muy popular de aires acondicionados encuentro el concepto de deshumectación. Aunque más bien tendríamos que hablar de deshumedecer o deshumidificar. Vamos. Que tu aire acondicionado es mucho más que un aparato que genera calor y enfría. También permite eliminar la humedad del aire.
Cuando activas el modo seco o modo humedad de tu aire acondicionado, el aparato, en vez de enfriar la estancia, elimina la humedad. En realidad, hace el mismo trabajo, pero a una potencia mucho menor. Lo que se traduce en ahorrar energía durante el proceso de deshumidificar en comparación con el de enfriar. El resultado tampoco será el mismo, claro está. Eliminar la humedad no reduce la temperatura. Pero ayuda.
La humedad del aire influye en la sensación térmica. Es decir, que si la temperatura de una estancia es de 30 °C, si la humedad está por encima de cierto porcentaje, la sensación térmica puede estar muy por encima de esos 30 °C. Según datos de AEMET, la Agencia Estatal de Meteorología, con una temperatura de 30 °C y una humedad relativa de 80%, la sensación térmica será de 38 °C. Así que si mantenemos la humedad por debajo del 55%, lograremos que la temperatura del aire sea igual a la sensación térmica. O que apenas varíe un grado o dos.
Así te afecta la sensación térmica

Para hacernos una idea de cómo la temperatura, y en este caso, la sensación térmica, puede afectar a nuestra salud, y de lo necesario que es el aire acondicionado, volvamos a fijarnos en la tabla de la Agencia Estatal de Meteorología. Debajo de la tabla hay varias advertencias que deberíamos tener en cuenta. Aquí van algunas de ellas:
- Permanecer bajo el sol puede incrementar los valores del índice de calor en 8 °C
- Si la temperatura es menor de 32 °C, el viento disminuye la sensación térmica
- Pero si la temperatura supera los 32 °C, el viento aumenta la sensación térmica
- Sensación térmica de 27 a 32 °C: posible fatiga por exposición prolongada o actividad física
- Sensación térmica de 33 a 40 °C: posible insolación, golpe de calor, calambres
- Sensación térmica de 41 a 53 °C: muy posible insolación, golpe de calor, calambres
- Sensación térmica de 54 °C o más: golpe de calor, insolación inminente
En resumen. Tan importante es la temperatura que haya a tu alrededor como la humedad. Si la humedad es excesiva, aumentará considerablemente la sensación térmica. Y, como hemos visto, esto hace aumentar, en la práctica, la temperatura que nota tu cuerpo. Reducir la humedad con el modo humedad o Dry Mode de tu aire acondicionado ayudará a bajar la sensación térmica. Y, aunque seguirás notando calor, no será tan elevado. A cambio, podrás ahorrar energía y así reducir tu factura de la luz.
Por lo demás, como vimos antes, puedes usar otras funciones de tu aire acondicionado para no aumentar demasiado la factura eléctrica. Con el temporizador, podrás apagar el aparato al cabo de unas horas. Así evitarás dejar el aparato funcionando si te has dormido o si sales de casa. O si te pasas del límite que te has autoimpuesto. Y el modo eco o economizador hace que el aparato de aire acondicionado sea quien decida la temperatura para equilibrar consumo y confort. Dependerá del modelo y fabricante que ese modo eco sea más o menos óptimo. Por probarlo no pierdes nada.