ATENCIÓN: El artículo contiene SPOILERS de Puñales por la espalda 3: De entre los muertos.
Netflix por fin ha estrenado la que para muchos era su película más esperada del año, Puñales por la espalda 3: De entre los muertos. La tercera entrega de la saga de Benoit Blanc llega a la plataforma de streaming tras un breve paso por cines y apunta muy, muy alto. Tanto la crítica como el público han salido encantados con esta nueva y rocambolesca historia de asesinatos de Rian Johnson al más puro estilo Agatha Christie. Por eso, es hora de explicar el final de Puñales por la espalda 3: De entre los muertos.
La trama de la película nos lleva hasta un pequeño pueblo de Estados Unidos en el que recala el joven sacerdote Jud Duplenticy (Josh O’Connor). Su tarea es asistir al carismático y vehemente monseñor Jefferson Wicks (Josh Brolin). Y muy pronto descubrirá que las cosas no van tan bien en la parroquia. Wicks tiene un verdadero rebaño de feligreses absolutamente devotos hacia él, cada cual más extraño. Todo saltará por los aires cuando, en plena eucaristía, el propio Wicks es asesinado.
El contexto imposible del crimen lleva a la investigación al mismísimo Benoit Blanc (Daniel Craig). Junto a Jud, al que todos en el pueblo tachan rápidamente de principal sospechoso, el detective tendrá que descubrir quién es el asesino y qué es lo que ha pasado realmente. Un caso más retorcido que nunca que convierte a Puñales por la espalda 3: De entre los muertos en un pasatiempos muy adictivo y con un final sorprendente.

¿Quién mató a Jefferson Wicks?
En un primer momento, el asesinato de Jefferson Wicks en Puñales por la espalda 3: De entre los muertos parece sencillamente un crimen de venganza. Por eso, todas las miradas se centran en Jud. El joven sacerdote había tenido varios encontronazos con el veterano párroco en el pasado por su forma de gestionar la iglesia y a sus feligreses. Pero, tras una larga y divertida investigación, se descubre la verdad.
En realidad, son tres asesinos los responsables de la muerte de Wicks en el final de Puñales por la espalda 3: De entre los muertos. La primera es Martha Delacroix (Glenn Close), la secretaria y gestora de la parroquia. El segundo es su amado, el reservado jardinero Samson Holt (Thomas Haden Church). Y el tercero es el médico del pueblo, Nat Sharp (Jeremy Renner). En un plan conjunto, los tres acabaron con la vida del sacerdote.
Todo comenzó cuando, en un acto para retar a Jud, Martha decide confesarle a Wicks su mayor secreto: sabe dónde se encuentra la joya que el abuelo del párroco escondió, la Manzana de Eva. Se trata de un valiosísimo diamante que años atrás llevó a un brutal ataque de ira a la madre de Wicks cuando no lo recibió como herencia, tal y como se le había prometido. Martha es la única persona que sabía dónde encontrarlo, pero al confesárselo décadas después a Wicks, todo cambió para siempre.

El asesinato de Puñales por la espalda 3: De entre los muertos, explicado
Wicks, tras enterarse de que es el padre del intento de influencer Cy Draven, decide recuperar la Manzana de Eva y vivir una vida de lujo junto a él. Martha, aterrada por cómo la joya ha corrompido otro alma, la de su sacerdote, decide matarlo. Para ello, se alía con Samson y Nat y trazan un complejo plan. Primero, envenenan la bebida de Wicks para que caiga inconsciente durante la misa, en el pequeño habitáculo oculto en el altar. A su vez, colocan un dispositivo oculto con forma de cabeza de diablo entre las túnicas del cura que, al activarse, hace brotar sangre falsa.
Así, cuando Jud y el resto de asistentes a la eucaristía van a socorrer a Wicks, este tendrá la apariencia de estar muerto. Nat, como médico, es el encargado de acercarse al cuerpo para certificar su defunción. En ese momento, Martha dará un alarido que despista a todos y le da la oportunidad al doctor de clavarle al sacerdote un puñal que, en el mango, cuenta con una cabeza de diablo idéntica a la del dispositivo. Ahora sí, Wicks está muerto. Empieza entonces la segunda parte del plan.

Antes de enterrarlo en el mausoleo, Samson se disfraza con las ropas de Wicks para hacerse pasar por él, mientras Martha y Nat esconden el verdadero cadáver. Unos días después, el jardinero deberá salir del mausoleo familiar del cura en plena noche, con una cámara de seguridad grabando para simular su resurrección. Pero lo que de verdad habrá pasado en el interior del mausoleo es que Samson habrá recuperado la Manzana de Eva del esqueleto descompuesto del abuelo de Wicks, que se tragó la joya antes de morir.
Al salir, Samson se encontraría con Nat y juntos huirían con la joya para verse con Martha. De esta forma habrían logrado robar el diamante para ellos a la vez que habrían creado una imagen mística sobre la figura de Wicks, haciendo que mucha gente se convirtiera al cristianismo por esa resurrección. Pero es entonces cuando todo se tuerce para ellos.
El final de Puñales por la espalda 3: De entre los muertos
Por casualidad, Jud presenció la falsa resurrección de Wicks, aunque no llegó a verlo bien. Nat le tumba de un puñetazo y, para evitarse problemas, cambia de planes. El doctor asesina a Samson y coloca la mano de Jud sobre el arma homicida, para que cuando despierte crea que es el asesino. Entre tanto, se quedará con el diamante para él. Pero cuando Martha descubre la muerte de su amado, no duda en pasar a la acción.
En el final de Puñales por la espalda 3: De entre los muertos, la anciana visita a Nat, que en su sótano esconde el cuerpo del verdadero Wicks para deshacerlo en ácido. Allí, Martha descubre que el plan del médico pasa por envenenar el té y matarla a ella también. Al hacerlo, acabaría con las dos únicas personas que podrían inculparle. Por eso, cuando Nat está distraído, ella cambia las tazas de sitio. Esta temeridad del médico es la que, al final, le cuesta la vida. Y cuando Benoit Blanc y Jud llegan al lugar, lo que se encuentran son los dos cadáveres, el de Nat y el de Wicks.

Finalmente, en la iglesia, Martha confiesa todo lo ocurrido, tal y como Blanc esperaba (él ya había resuelto el caso hace rato). La mujer ha consumido el mismo veneno, atormentada por lo que ha vivido. Y, antes de morir, desvela el retorcido plan que salió mal, limpiando definitivamente el nombre de Jud. Al final de Puñales por la espalda 3: De entre los muertos, el personaje de Glenn Close perece en los brazos del joven párroco, entregándole a su vez la codiciada joya.
Un año después, Jud ha reconstruido la iglesia, que ahora es un lugar sano y agradable para los lugareños. El resto de feligreses devotos de Wicks han logrado pasar página y rehacer, más o menos, su vida. Y aunque el hijo bastardo de Wicks acude al lugar convencido de que el nuevo párroco tiene escondida la joya, que le pertenece legítimamente como herencia, Jud no se doblega. En una última escena, descubrimos que la Manzana de Eva está escondida en el corazón de la enorme cruz de madera que el cura ha colocado dentro de la iglesia. Con este plano, Puñales por la espalda 3: De entre los muertos llega a su final.

