Desvelan los ‘trucos’ de María Branyas para vivir 117 años

Desvelan los ‘trucos’ de María Branyas para vivir 117 años

Desde la muerte de María Branyas en agosto de 2024 se ha hablado mucho sobre los trucos que pudieron llevarla a convertirse en la octava persona más longeva del mundo. La más longeva de España, para más señas. Algunos estudios preliminares apuntaron a que ciertos hábitos, como tener una vida social muy activa o comer una gran cantidad de yogur podrían haberla ayudado a cumplir los 117 años. Sin embargo, un nuevo estudio, publicado por científicos de la Fundación Josep Carreras, va más allá, ya que saca a la luz unas características genéticas envidiables.

Lo que convirtió a María Branyas en una mujer supercentenaria fue una maravillosa combinación. Se cuidaba, es cierto, pero también tuvo mucha suerte en lo que a genética se refiere. De todos modos, este estudio señala también la detección en su organismo de ciertos factores de envejecimiento extremo.

Podría decirse que, a grandes rasgos, la persona más longeva de España tenía un cuerpo muy joven y muy envejecido a la vez. Eso sí, la parte envejecida también resultó ser positiva al combinarse con el resto. Vamos a ver con más detenimiento qué quiere decir eso.

La curiosa combinación de María Branyas

María Branyas colaboró en sus últimos años de muy buen gusto con los científicos. Les cedió muestras de sangre, saliva, orina y heces para que pudieran determinar qué la había convertido en la persona más longeva de España. También la persona más longeva del mundo con vida, durante un tiempo.

Todas esas muestras se estuvieron analizando en su vida, pero especialmente tras su muerte. Así, han encontrado mucha información interesante.

Para empezar, cabe destacar que María Branyas nunca llegó a tener cáncer, demencia o problemas de corazón. Pasó la COVID-19, como casi todo el mundo, pero la enfermedad no logró doblegarla a pesar de su avanzada edad. Todo esto cobra sentido tras la publicación de este nuevo estudio, ya que sus autores han descubierto que tenía una gran cantidad de marcadores bioquímicos asociados a una buena cardiovascular, cerebral y del sistema inmunitario. Por ejemplo, tenía niveles muy bajos de triglicéridos y colesterol LDL, el conocido coloquialmente como malo. En cambio, los niveles de colesterol HDL, conocido como bueno, eran muy altos.

Fisiología de Maria Branyas
Crédito: Santos-Pujol et al., Cell Reports, 2025

También llama la atención su microbioma, comparable al de una persona muchísimo más joven. El conjunto de microorganismos que viven en nuestro cuerpo tiene mucha influencia sobre nuestra salud. Suele ir cambiando a medida que nos hacemos mayores, dejándonos más expuestos a ciertas enfermedades. Sin embargo, en su caso, seguía contando con unas poblaciones de microorganismos muy beneficiosas.

Todo esto le restaba muchísimos puntos de edad biológica. No obstante, sí que tenía algunos marcadores de envejecimiento muy altos. Especialmente llaman la atención dos: linfocitos B envejecidos y telómeros muy cortos.

¿Qué significa todo eso?

Los linfocitos B son células del sistema inmunitario. Es cierto que estaban muy envejecidos y que, por lo tanto, podrían no funcionar a pleno rendimiento. Pero se trata solo de un componente del sistema inmunitario. El resto podrían corresponderse con una edad muy por debajo de la suya. De hecho, sus niveles de inflamación eran muy bajos, lo cual indica que su sistema inmunitario funcionaba bien, pero sin reacciones exageradas que pudiesen afectar a su salud.

En cuanto a los telómeros, son una especie de capuchones que se encuentran en los extremos de los cromosomas. Están formados por ADN no codificante. Es decir, ADN que no contiene instrucciones para sintetizar ninguna proteína. En general es ADN sin ninguna función, de modo que, a medida que se pierde ADN con las divisiones celulares, lo que se pierde sean esos extremos que no sirven para nada. Es la forma de mantener a salvo el resto del material genético. Por lo tanto, la longitud de los telómeros es un buen marcador de envejecimiento. Una células muy envejecida tendrá los telómeros muy cortos, ya que cuando se acaban no puede seguir dividiéndose. 

En el caso de María Branyas, esos telómeros extremadamente cortos al final de su vida podrían ser beneficiosos, ya que las células tumorales también estarían envejecidas y, por lo tanto, no podrían prosperar. Eso la ayudó a llegar a los 177 años sin tener nunca cáncer.

Entonces, ¿no hay trucos para ser la persona más longeva de España?

María Branyas tenía una genética envidiable, no cabe duda. No obstante, también puso de su parte. Como hemos adelantado, seguía una dieta mediterránea muy saludable, donde el yogur tenía un gran protagonismo. Es muy posible que eso influyese en el buen estado de su microbiota. 

También tuvo una vida muy activa, tanto a nivel social como físico y mental. Eso, lógicamente, ayudó a exprimir aún más los beneficios de sus genes. 

María Branyas
María Branyas con su familia en Estados Unidos, donde nació. (Wikimedia Commons)

Nosotros podemos empezar por ahí. Posiblemente no tendremos unos genes tan maravillosos. Muy poca gente los tiene. Pero, al menos, María Branyas, incluso después de su muerte, ha dado muchas pistas a los científicos sobre dónde mirar para intentar que los seres humanos envejezcamos de la manera más saludable posible. No se trata solo de cumplir años, sino también de hacerlo con salud. Exactamente como María Branyas. 


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