Si estás pensando en regalar perfumes en estas Navidades, puede que buscando ideas te hayas topado con el anuncio de algún perfume con feromonas. Se trata de mezclas que prometen cautivar a cualquiera que las huela, especialmente si es del género opuesto. Vamos, algo así como un perfume afrodisiaco. Todo eso tiene un precio, lógicamente. No se trata precisamente de perfumes baratos. Ahora bien, ¿vale la pena pagar el precio?
A grandes rasgos y con la ciencia en la mano vale la pena si te encanta su olor. Si lo que buscas es que el perfume con feromonas te dote automáticamente de magnetismo a ti o a la persona regalada, será mejor que te guardes el dinero.
Y es que, en realidad, existe un gran debate científico en torno a si las feromonas humanas existen. En otros animales su existencia está más que demostrada. Pero, en el caso de los humanos, aunque hay algunas sustancias candidatas a serlo, los estudios que se han realizado sobre ellas no arrojan muy buenos resultados.
¿Qué son las feromonas?
Las feromonas son sustancias químicas liberadas por algunos seres vivos, que desencadenan respuestas inconscientes en otros individuos de la misma especie. Tienen funciones tan importantes como atraer a posibles parejas de apareamiento o marcar el territorio ante posibles competidores.
En humanos, no hay feromonas descritas como tal. Sí que se ha visto que, evolutivamente, nos sentimos atraídos por personas con un aspecto más saludable. Incluso hay parásitos que nos dan ese aspecto más atractivo para conseguir pasar a otros individuos. Ya no se trata de atractivo subjetivo, sino de signos de salud que denoten que esa persona va a transmitir buenos genes a tu descendencia.

Por todo esto, se dice que los egipcios envasaban el sudor de personas saludables y los utilizaban para hacer perfumes que les hiciesen más atractivos sexualmente. De no ser una leyenda, esa sería posiblemente la primera muestra de perfumes con feromonas.
Hoy en día, directamente, se han encontrado sustancias que, supuestamente, actúan como feromonas humanas. Sobre todo, en perfumería se usan la androstadienona (AND) y estratetraenol (EST). El primero en perfumes masculinos y el segundo en femeninos. Se supone con sustancias que actúan como feromonas, en primer lugar, porque indican el género al que pertenece quien las libera. Y, en segundo lugar, porque las hace parecer más atractivas. Sin embargo, la ciencia no lo tiene claro.
¿Funcionan los perfumes con feromonas?
En 2017, un equipo de científicos de la Universidad de Australia Occidental llevó a cabo un estudio dirigido a analizar la capacidad de AND y EST de actuar como feromonas. Básicamente, pidieron a 46 personas, hombres y mujeres, que determinasen el género de una serie de morfos faciales neutrales. Es decir, caras en las que no se veía ningún rasgo que hiciese intuir que se trata de hombres o mujeres. Para ayudarles, las caras se impregnaron en las dos supuestas feromonas. No hubo una tendencia a manifestar que las caras con AND fuesen masculinas y con EST femeninas. ¿Pero serían al menos más atractivas?

En la siguiente parte del experimentos se les mostraron fotos de hombres y mujeres, con las feromonas o sin ellas. Cuando se pidió que se calificaran según su atractivo, la presencia de las feromonas no influyó en los resultados. Obviamente, los participantes no sabían que se estaban probando las feromonas, por lo que no hubo ningún tipo de sesgo en el experimento.
Todo esto nos hace pensar que no, los perfumes con feromonas no funcionan, básicamente porque las sustancias que se usan como feromonas ni siquiera actúan como tal.
Por eso, si quieres invertir en parecer más atractivo, invierte en responsabilidad afectiva. Eso sí funciona. Lo de las feromonas es más bien una cuestión de perros y hormigas.

