¿Cómo funcionaba ese remedio casero que aparece en ‘Blood of my Blood’?

¿Cómo funcionaba ese remedio casero que aparece en ‘Blood of my Blood’?

En el octavo capítulo de Blood of my Blood, la precuela de Outlander, hemos visto una exhibición interesante de historia de la medicina. Si tienes intención de ver la serie y no has llegado a este capítulo, quizás deberías esperar un poco para seguir leyendo. Si la has visto o no tienes intención de hacerlo, pero te interesa la medicina medieval, esto puede interesarte. Y es que en dicho capítulo vemos cómo se cocina una cataplasma para restaurar aparentemente la virginidad perdida que, si bien hoy en día sería una atrocidad, tiene mucho que ver con los pilares medievales de la medicina.

La encargada de preparar la cataplasma es Julia, quien refiere haber aprendido a hacerlo con la lectura de un libro, llamado Trótula. Recordemos que Julia ha viajado desde el siglo XX hasta el XVIII. Sin embargo, el libro al que hace referencia es bastante más antiguo. Concretamente del siglo XII.

Aunque, en realidad, no se trata de un solo libro, sino de un conjunto de textos bautizado en honor a una de sus autoras, Trótula de Salerno, una de las primeras médicas de la historia y, posiblemente, la primera persona en el mundo en especializarse en ginecología. Lógicamente, su receta para la virginidad no funciona; entre otras razones, porque la virginidad no existe. Pero lo que presenciamos en este capítulo de Blood of my Blood es muy interesante.

¿Qué ocurre en Blood of my Blood?

En el octavo capítulo de Blood of my Blood, Ellen debe someterse a una serie de pruebas para demostrar que su virginidad permanece intacta. El padre de su futuro marido ha recibido una alerta sobre la posibilidad de que haya tenido relaciones sexuales con otro hombre y quiere comprobarlo. Dado que las habladurías son ciertas, Ellen y Brian, responsable de que ella ya no sea virgen, están desesperados. Por eso, Julia se ofrece a ayudar a Brian con una curiosa cataplasma que prepara directamente en la cocina del castillo en el que trabaja como sirvienta. 

No se ven todos los ingredientes que utiliza, pero vemos, por ejemplo, que añade varios huevos y que le pide a Brian que le traiga salitre o pólvora. La realidad es que no se hace mucho hincapié en cuáles son los ingredientes, pero sí en que los aprendió en ese libro medieval. Trótula.

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Ellen y Brian deben buscar una solución.

¿Qué tiene que ver la Trótula con la virginidad?

La Trótula es un compendio de textos medievales sobre medicina. El que posiblemente sea el más famoso de ellos se llama Passionibus mulierum curandorum y fue escrito por Trótula Ruggiero, conocida también como Trótula de Salerno.

Poco se sabe esta médica, más allá de que nació en el siglo XI y que no solo ejerció la medicina, sino que también fue profesora en la Universidad de Salerno, una de las pocas que en esa época admitían el acceso a mujeres profesoras y alumnas. Si bien tocó muchos palos de la medicina, su especialidad era la ginecología. Se centraba en todo tipo de remedios, tanto para prevenir el embarazo como para propiciarlo. También trataba otros temas como la menstruación, el parto y, efectivamente, la virginidad. 

En aquella época había varios métodos para comprobar que la virginidad de una mujer permanecía intacta. Uno de ellos era la prueba de orina que vemos en Blood of my Blood. Tras probar una pócima dispuesta para la ocasión, la mujer a prueba debía contener la orina hasta que le ordenaban que la depositara en un cuenco. El contenido del mismo se analizaba para comprobar que corría claro y puro, como la virtud de la doncella. Básicamente, para que una mujer demostrase su pureza tenía que tener el riñón sano y estar bien hidratada. En caso de deshidratación su orina se vería espesa y podría mostrar un resultado negativo. Esto no tiene la más mínima evidencia científica, como tampoco la tiene la segunda prueba: la inspección de la vulva.

Aunque en Blood of my Blood no se ve muy bien qué inspecciona el médico, se supone que se analizaba la apertura de la vulva. Si estaba muy abierta, significaría que la mujer en cuestión ya había perdido su virginidad. Sigue sin tener demasiado sentiado, pues la vulva tiene cierta elasticidad y no se queda abierta después de una relación sexual. Además, cada una es diferente. Pero para los médicos de la época era una medida ideal.

Por eso, en los textos de Trótula se recomiendan varios remedios para encoger la vulva. Estos van desde los supisotorios de alumbre hasta la corteza de granada, pasando por la manzana de roble y una planta llamada llantén. Nada de eso tiene evidencia científica tampoco, aunque sí podríamos ver cierta explicación en el caso del llantén. Esta planta se ha estudiado para tratar la inflamación en el útero. En el pasado, tendía a confundirse el término vulva con el útero, por lo que podría haber cierta relación. Sea como sea, sigue sin ser un remedio eficaz. 

Todo esto podría ser un desprestigio para Trótula Ruggiero, pero la realidad es que estamos hablando de una pionera, que por primera vez le dio importancia a la salud de las mujeres y se molestó en estudiar sus necesidades específicas. Si bien la mayoría de sus remedios no eran eficaces como tal, sí que sirvieron de base para que la medicina siguiese avanzando. Por eso, lo que vemos en Blood of my Blood es un pedacito muy interesante de historia.

Pero no, la virginidad no existe

¿Qué es la virginidad? Este término no deja de ser un constructo social y coitocentrista sin la más mínima evidencia científica. Para empezar, minimiza el sexo al simple hecho de que un hombre introduzca el pene en la vagina de una mujer. El sexo es mucho más que eso, ni tiene por qué ser entre un hombre y una mujer ni es necesario que haya coito. Existen infinidad de prácticas sexuales en las que no interviene la penetración. Por otro lado, no hay nada que se pierda ni que se deba reservar. Históricamente se nos ha hecho creer que hay una flor que se debe guardar para una persona concreta. Esta ha sido una forma de coartar la libertad sexual de cualquiera, pero especialmente la de las mujeres. 

virginidad
La virginidad elimina muchas prácticas sexuales de la ecuación. Crédito: Freepik

Incluso, para terminar, los defensores de la virginidad suelen alegar que se pierde cuando se rompe el himen. Sin embargo, el himen no es un precinto de garantía de seguridad. No tiene que romperse necesariamente en la primera relación sexual, aun habiendo penetración, y puede romperse mucho antes. ¿Si una niña pierde el himen al caerse de la bicicleta a los cuatro años ha perdido la virginidad? Lógicamente no.

Por eso, la virginidad no es más que un concepto anticuado que puede tener sentido en una serie como Blood of my Blood, pero que no debería seguir formando parte de nuestras vidas en la actualidad. Desgraciadamente, lo sigue haciendo. Porque no hay nada más difícil de derribar que un concepto que se ha usado históricamente para controlarnos y asustarnos. Especialmente cuando, por lo general, con él se coarta la libertad de una mitad de la población y se privilegia a la otra. Siempre las mismas, por supuesto. 


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