El director Yorgos Lanthimos vuelve a unir fuerzas con Emma Stone y Jesse Plemons en su nueva película, Bugonia. La cinta llega con la firme intención de volver a arrasar entre la crítica y el público, como ya ocurrió recientemente con Pobres Criaturas. En esta ocasión, el filme ha tenido un gran recorrido por festivales. Formó parte de la Sección Oficial del Festival de Venecia, ha participado también la sección Perlak del Festival de Cine de San Sebastián y en la sección Sitges Collection del Festival de Sitges. Y ya es hora de que el público dicte sentencia.
La historia de Bugonia sigue a dos jóvenes conspiranoicos que se dedican a la apicultura y que viven bastante aislados de la sociedad. Un día, motivados por su paranoia, secuestran a la poderosa presidenta de una gran compañía del condado. Y lo hacen porque están convencidos de que la mujer se trata, en realidad, de una peligrosa extraterrestre de una raza que ha invadido en secreto el planeta y está decidida a destruir la Tierra.
Bugonia
Yorgos Lánthimos se ríe de un mundo que se precipita hacia el abismo, cuesta abajo y sin frenos, retratando con crueldad dos de los peores perfiles de la sociedad actual: los frikis de internet y los ejecutivos corporativistas. Bugonia es una comedia negra enmascarada en el tono thriller que se eleva con las portentosas interpretaciones de Emma Stone y Jesse Plemons. Una de las películas del año.
Una sátira divertidísima
Pese a su tono marcadamente sucio de thriller, con Bugonia, Yorgos Lanthimos ofrece una deliciosa sátira por partida doble. Por un lado, ridiculiza a los frikis de internet y cretinos negacionistas. El personaje de Jesse Plemons es una clara representación de esos locos que se creen poseedores de la verdad absoluta, libres de los engaños del sistema. El cineasta, desde una de sus películas más accesibles, ha sabido trasladar perfectamente a pantalla su modus operandi, su psique traumada y hasta su aspecto físico.
Agresivos bajo una fachada de amabilidad. Tercos e incapaces de razonar o debatir con nadie que les lleve la contraria. Egocéntricos hasta el extremo. Sucios y con una higiene cuestionable. E incluso se muestra a sus fieles acólitos que no les discuten nada con el personaje de Aidan Delbis. Da igual si son negacionistas del cambio climático, creyentes de la Tierra plana o, como en este caso, defensores de la teoría de una invasión alienígena. Todos quedan retratados bajo el mismo paradigma en Bugonia.
Por otro lado, se lanza a degüello contra el corporativismo capitalista. En este caso, gracias al punto de vista de esos locos que viven a través de redes sociales y vídeos de YouTube, Bugonia traza un afilado paralelismo entre los ejecutivos de grandes corporaciones e invasores alienígenas que quieren explotar a la raza humana. Es una idea brillante y sutil de la película, que regala momentos gloriosamente crueles. Como, por ejemplo, cuando el personaje de Emma Stone le dice al de Jesse Plemons “yo soy una ganadora y tú eres un perdedor”. Su falsa modestia, su egoísmo y su falta de escrúpulos les priva de su condición de seres humanos.
El guion es excelente, con un ritmo perfectamente medido para que no se haga larga ni pesada pese a transcurrir en muy pocos escenarios y con secuencias muy similares unas a otras. El director tenía ganas de reírse de la deriva de la sociedad, especialmente a raíz de la pandemia. Y lo hace sin ningún tipo de compasión ni empatía por ambos tipos de personas. Para él, no la merecen, solo hay que dejarlos en evidencia, reírse de ellos hasta la crueldad. Y lo consigue con brillantez y un sentido del humor muy negro. Eso sí, su final es demasiado evidente.
La personalidad de Yorgos Lanthimos
Por supuesto, Bugonia funciona aún mejor gracias al propio estilo para dirigir de Lanthimos. El griego es uno de los cineastas con mayor sello personal en lo que a composición de imagen se refiere en la industria de Hollywood. Sus planos con ojo de pez y su puesta en escena aberrante son ya un clásico moderno del cine. Y aunque es verdad que aquí están más matizados, su firma sigue muy presente.
El director traza imágenes poderosísimas, con una fotografía simple y bien elaborada. Es por su manera de hacer cine que la película resulta aún más incómoda y cruel de lo que ya es su guion. Es capaz de multiplicar las sensaciones y, aunque Bugonia no vaya a pasar a la historia como su trabajo más inspirado, en ningún caso puede negarse su ingenio y buen hacer.
Emma Stone y Jesse Plemons son todo lo que está bien
Pero por encima de Yorgos Lanthimos, en Bugonia hay dos nombres que brillan como nadie. Emma Stone demuestra una vez más que es la mejor actriz de su generación, capaz de bordar cualquier papel por radical que sea. Su unión creativa con el director ha elevado su carrera en los últimos años a un nuevo nivel, consagrándose con su segundo Oscar por Pobres Criaturas. Aquí el reto no es tan estrafalario, pero es increíble cómo transmite exactamente lo que la película le demanda en cada plano. Sus miradas, su gesticulación, su rápida y pomposa manera de hablar… Difícil hacerlo mejor.
Y lo mismo podemos decir de Jesse Plemons dándole la réplica. Lleva unos años en estado de gracia y con Bugonia firma uno de sus mejores papeles. El actor ha alcanzado por completo su madurez interpretativa y lleva sobre sus hombros el peso del filme sin ningún tipo de problema. Es evidente que Lánthimos ha encontrado con ellos a dos actores fetiche con los que hacer de su cine algo mucho mejor.
En resumen, Bugonia es una película extraordinaria sobre el declive social que atraviesa el mundo actualmente. Una parodia en clave de thriller oscuro y absurdo, con mucha comedia negra inherente. Se trata de uno de los Lanthimos más accesibles para el gran público gracias a un ritmo lento pero nada pesado y un sello personal sin excesos grandilocuentes. Emma Stone y Jesse Plemons están imperiales.
Bugonia ya está en cines.
