El director Darren Aronofsky (Cisne Negro, La Ballena, Réquiem por un sueño) vuelve a los cines con Bala Perdida (Atrapado robando), una propuesta radicalmente distinta a lo que nos tiene acostumbrados. El cineasta dirige a Austin Butler (Elvis) en un drama criminal ochentero y plagado de acción, drogas, mafiosos y bates de béisbol. Una cinta con la que da un nuevo vuelco a su filmografía y que pretende divertir a los espectadores como uno de los grandes entretenimientos de este fin de año.
La historia de Bala Perdida (Atrapado robando) sigue a Hank Thompson (Butler), un antiguo fenómeno del béisbol en el instituto que ya no puede seguir jugando, pero al que todo lo demás le va relativamente bien. Tiene una chica estupenda (Zoë Kravitz), es camarero en un antro en Nueva York y su equipo favorito está sorprendentemente luchando por el campeonato. Pero cuando su vecino punki Russ (Matt Smith) le pide que cuide de su gato durante unos días, Hank se verá atrapado en medio de un peligrosísimo conflicto de gángsters. Todos quieren algo de él; el problema es que no sabe por qué. Mientras intenta huir, tendrá que emplear toda su habilidad para mantenerse con vida el tiempo suficiente para averiguarlo…
Bala Perdida (Atrapado robando)
Darren Aronosfky firma su película más convencional con Bala Perdida (Atrapado robando), un thriller criminal al uso pero lleno de comedia negra y acción. Plagada de giros y con un ritmo muy potente y emocionante, la cinta se eleva gracias a un Austin Butler que vuelve a demostrar que sirve para cualquier papel. Un filme imperfecto pero adictivo que cumple perfectamente con su función, hacer pasar un rato muy entretenido en el cine.
El Aronofsky más accesible
El cine de Aronofsky nunca ha sido para todo el mundo. Sin ser el director más extraño, sí que acostumbra a plantear ciertos temas, escenas y ritmos capaces de atraer mucho más a la cinefilia que al público casual y generalista. Son embargo, con Bala Perdida (Atrapado robando) ha firmado su película más accesible y convencional con mucha diferencia. Y no lo digo como algo negativo, ni mucho menos.
Es exactamente eso lo que pedía la historia de Bala Perdida (Atrapado robando), que en realidad nace de la novela de Charlie Huston. Lejos quedan las paranoias esotéricas, las alucinaciones cuasirrealistas o las escenas intencionadamente confusas. Aquí venimos a una película lineal, simple y muy efectista que engatuse a ese espectador que acude al cine a dejarse llevar y pasar un buen rato. Algo que consigue con muchísimo acierto, además.
Bala Perdida (Atrapado robando) está dirigida con un enorme pulso narrativo, con una garra más propia de directores de thriller criminal como los hermanos Cohen o Guy Ritchie. La aventura callejera de Hank no da un respiro, se retuerce cada vez más y, con su inherente comedia negra, provocará risas, sorpresas y sobresaltos en la butaca. No es, para nada, el cine que Aronofsky ha practicado en su carrera, aunque comparta ciertos elementos casuales como personajes atormentados y llenos de grises. Más bien se trata de un ejercicio que demuestra que sí, que aunque le guste aquella visión más autoral, también es capaz de hacer este tipo de películas. Y de hacerlas bien.
Un espectáculo adictivo
Lo que realmente nos propone Darren Aronofsky es un viaje a la locura, al infierno criminal que se esconde en las calles neoyorkinas. Una visión brutal y despiadada de cómo toda una vida construida con años de esfuerzo puede reventarse en cuestión de segundos de la forma más extrema posible. Con la llegada de los problemas a Hank, la película se convierte en una verdadera montaña rusa de la que es muy difícil quitar la mirada. Pasado y presente se fusionan en un estudio del trauma como motor de la vida.
Cada secuencia va hundiendo más y más al protagonista en un mundo al que no pertenece y al que debe adaptarse. Cuando parece que va a estancarse, enseguida llega un giro -algunos más predecibles que otros- que reconfigura la historia para volver a hacerla interesante. Hay que matizar que tampoco es una película perfecta. De hecho, Bala Perdida (Atrapado robando) peca mucho de repetitiva. Pero lo que no se puede negar es que es altamente entretenida, no da espacio para aburrirse. Y eso lo consigue, principalmente, por equilibrar muy bien toda esa acción y tensión con buenas dosis de comedia negra. Nos siempre funciona igual, pero cuando acierta saca buenas carcajadas.
Austin Butler sigue en modo estrella
Todo este cóctel explosivo que es Bala Perdida (Atrapado robando) no sería posible sin su gran estrella. Austin Butler mantiene su estatus con otra actuación magnífica. Su Hank es alguien asustado pero valiente, algo estúpido pero capaz de adaptarse con tal de evitar que la vida le pase por encima. Cuenta con sus traumas y sus contradicciones, y el actor los transmite haciendo que enseguida nos caiga en gracia, pero sin ocultarnos tampoco sus defectos.
Junto a él también destaca enormemente Zoë Kravitz, el personaje más entrañable de la película. La actriz se muestra magnética como el único verdadero punto de luz para Hank. Es ella quien encabeza a un conjunto de secundarios de lujo que incluyen a Regina King como policía, Vincent D’Onofrio y Liev Schreiber como desternillantes mafiosos judíos, un Nikita Kukushkin que se erige como la gran sorpresa de la cinta, Matt Smith en un papel que, francamente, daba para más; e incluso un Bud Bunny que sigue ampliando registros en su incipiente carrera actoral al margen de la música.
En resumen, Bala Perdida (Atrapado Robando) es una película a medio camino entre el cine quinqui y de bandas y el drama de mafiosos que resulta particularmente inesperada por ser obra de Darren Aronofsky. El cineasta firma un proyecto mucho más convencional de lo que nos tiene habituados, pero lo hace con buen pulso narrativo, personajes interesantes y mucho humor negro y acción como ingredientes esenciales para que todo se mueva y resulte entretenido.
Bala Perdida (Atrapado robando) ya está en cines.
