Expediente Warren: El último rito brinda a la longeva saga de terror un final más o menos correcto a su extenso recorrido por el mundo del cine. Para eso, dedica buena parte de su argumento a explorar sobre los últimos años de Ed y Lorraine Warren (Patrick Wilson y Vera Farmiga en la ficción). Además, también indaga en su hija Judy (Mia Tomlinson), que heredó los dones psíquicos de su madre y que, en la película, tiene finalmente un papel protagónico.
Pero, más interesante todavía, es que la cinta, de inmediato aclara que todo lo que se relatará en el argumento, está basado en una historia real. Por supuesto, se trata de un término mal utilizado la mayoría de las veces en el cine y mucho más, en el de terror. Sin embargo, en la cinta dirigida por Michael Chaves la frase además tiene un sentido especialmente preciso: la historia está basada en la información de los archivos de los Warren. Durante más de cuarenta años, la pareja de investigadores documentó múltiples sucesos paranormales y los conservó de forma detallada en su casa de Monroe (Connecticut). Una labor que la cinta reconoce en varias oportunidades.
Por supuesto, la historia de Expediente Warren: El último rito toma solo algunos eventos verificados para contar su historia. No obstante, continúa siendo intrigante que el caso que relata, forme parte de los anales periodísticos de Norteamérica. No es el único punto real en la cinta. Para demostrarlo, te dejamos cinco cosas ciertas y escalofriantes en el argumento. De algunos eventos a la identidad de un personaje que debuta en la saga. Todo para los fanáticos de la franquicia.
La atención de los medios sobre el caso Smurl

En agosto de 1973, la familia Smurl — padre, madre, tres hijas y los padres de él — se mudaron a una casa antigua de dos bloques en Chase Street en West Pittston, Pensilvania. Pronto, comenzaron a experimentar sucesos sin explicación. Según explicó la familia a la Sociedad de Nueva Inglaterra para la Investigación Psíquica (NESPR, por sus siglas en inglés), al principio solo se trató de sonidos. Puertas que golpeaban solas, una voz incorpórea que mencionaba los nombres de los miembros y sacudidas en objetos de madera.
No obstante, rápidamente los eventos fueron en escalada. Siempre según la versión de la familia, a lo largo de la década y hasta 1986, los fenómenos se hicieron más frecuentes y violentos. De hecho, la familia llegó a contactar a los medios en busca de ayuda especializada.
Algo que, por último, les llevó a ponerse en contacto con los Warren, que aunque no pudieron ayudar del todo, brindaron explicación y visibilidad a la situación. De la misma manera que cuenta la película, las supuestas apariciones provocaron caídas y heridas en los diferentes habitantes de la casa. Un punto que la familia afirmó durante todo el tiempo en que se investigó el caso.
La verdadera Judy Warren

A lo largo de la saga Expediente Warren, la única hija del matrimonio ha sido una figura constante, aunque la mayoría de las veces, secundaria. Eso, a excepción de su protagónico en Annabelle: Vuelve a casa, en la que le interpretó Mckenna Grace. Pero lo cierto es que poco se había mostrado sobre el contexto de la más joven de los Warren ni sus experiencias como parte de una familia insólita.
Expediente Warren: El último rito sí lo hace y de una manera detallada. En la cinta, se relata la complicada infancia de la chica, no solo por la controversial celebridad de sus padres. También, por sus capacidades psíquicas en crecimiento. Una combinación de situaciones que llevarán al personaje a una encrucijada complicada.
Lo más curioso, es que la historia de Judy en la nueva película, tiene un considerable parecido con la de la real Judy Warren. La hija única de Ed y Lorraine, creció en la casa de Monroe, rodeada de historias de fantasmas y espectros. Al crecer, constató que tenía dones semejantes a los de su madre. Y aunque, por supuesto, no ha debido luchar contra un demonio atrapado en un espejo, si puede relatar experiencias inquietantes. Todas relacionadas — en apariencia — con su herencia materna.
Un nuevo miembro para la familia

El entusiasta prometido de Judy, Tony (Ben Hardy), es uno de los nuevos personajes en Expediente Warren: El último rito. Y de alguna forma, simboliza el pase del testigo de Ed a una nueva generación. De hecho, en la escena final de la cinta, hay una clara insinuación al respecto. Lorraine comenta que tuvo una visión sobre su futuro y que vio a otros, capaces de continuar su misión de enfrentar al mal. En la imagen puede verse a Tony, tomando el lugar de Ed en conferencias y aprendiendo en un salón de clases.
Se trata, también, de un hecho cierto. Tony Spera es el esposo actual de Judy Warren y se conocieron de manera muy semejante a cómo detalla la cinta. Según relata en una entrada de su blog personal, era un policía en Bloomfield, Connecticut, cuando conoció a la que sería su futura esposa. Y aunque llevó algún tiempo conocerla — estuvieron rodeados de una serie de casualidades singulares — al final terminaron enamorándose. Y de la misma manera que en la cinta, contrajeron matrimonio poco después de conocerse.
Pero el detalle más interesante es que, de la misma forma que su versión en ficción, Tony decidió unirse a las investigaciones de los Warren, al hacerse preguntas sobre la vida y la muerte. Algo que terminó por convertirse en su pasión, obsesión y después, legado a futuro.
Una juventud llena de premoniciones para Lorraine

Expediente Warren: El último rito comienza con un angustioso prólogo que transcurre en 1964 y muestra a los muy jóvenes Ed y Lorraine (Orion Smith y Madison Lawlor). Ambos investigan un caso y es evidente, que todavía no tienen ni la técnica ni la experiencia para indagar en sucesos de especial gravedad, como el que relata las primeras secuencias de la cinta.
No se trata de una exageración: desde muy joven Lorraine Warren aseguró tener capacidades psíquicas, que pronto la hicieron muy conocida en su natal Bridgeport. De hecho, fueron las habilidades extraordinarias que afirmaba poseer, las que le llevaron a conocer a Ed Warren. Este último, alegaba haber vivido durante su niñez en una casa embrujada. Una situación peculiar que le llevó a buscar consejo en Lorraine, una celebridad local.
Una vez casados, comenzaron una larga carrera de investigaciones juntos. Y sería la propia Lorraine la que confesaría, después, que sus primeros casos fueron pruebas experimentales, sin un método ni tampoco mucho conocimiento del tema. Tal y como muestra la espeluznante primera escena de la película.
Sociedad de Investigación Psíquica de Nueva Inglaterra

Y aunque no se menciona de manera explícita, Tony Spera si continuó con los pasos de los Warren. Eso, al mantener en activo a La sociedad de investigación psíquica de Nueva Inglaterra, fundada en 1952 por sus suegros.
En la actualidad, la institución cuenta con un archivo propio, e información sobre supuestos sucesos sobrenaturales a disposición de sus usuarios. Por su parte, Tony Spera brinda asesoría, además de charlas informativas, y es el actual rostro ante los medios de comunicación de las actividades del patrimonio Warren.